Asociación Cultural Amigos de la Dehesa

28 de julio de 2010

Huellas con historia

Sobre Capirotes; Escudos; Canalillos; Fortines, Trincheras y Cuevas; Mojones, Hitos, Cotos y Apeos.

Iniciamos este blog con un artículo resumen sobre las principales huellas que la historia ha dejado en la Dehesa de la Villa y que iremos ampliando en próximas publicaciones.

CAPIROTES
Los capirotes son la parte visible de los antiguos Viajes de Agua, el sistema que se utilizó en Madrid para abastecerse de agua subterránea. Por la Dehesa de la Villa circulaba el Viaje de Amaniel o de Palacio, abastecía al Palacio Real y funcionó desde que lo mandó construir Felipe III hasta que Isabel II en 1858 inauguró el actual Canal. El sistema consistía en excavar un mina de captación que permitía recoger el agua de manantiales subterráneos y transportarla a través de una canaleta en la solera que por gravedad se trasladaba hasta unos depósitos o cambijas donde era distribuida, formando así una red que abastecía a toda la Villa.

Las minas podían estar revestidas de ladrillo cuando el suelo no tenía mucha consistencia, y tenía una sección suficiente para permitir el paso de los operarios, generalmente era de 1,65 x 0,84 cm. A cada trecho, disponían de un pozo que permitía acceder a su interior para su mantenimiento. Para indicar la entrada de cada pozo se colocaba una piedra con forma de pirámide truncada, berroqueña de Colmenar, que conocemos como “capirote” o una de ladrillo que se denominaba “cascarón”.

Capirote del Viaje de Agua de Amaniel en la Dehesa
(Foto: F. Lorca)

En la Dehesa de la Villa existen 8 capirotes que nos indican al menos dos trayectorias del Viaje de Aguas. Miden aproximadamente 70 cm de alto por 80 de base, y presenta un agujero o taladro lateral para facilitar la ventilación del agua, están asentados sobre una base amplia a propósito de hacerlos muy visibles a campo raso.

La percepción de los pozos alineados en el terreno nos permite vislumbrar el trazado de las galerías o minas.

Para conocer más sobre los Viajes de agua, recomendamos la serie Visita a los Antiguos Viajes de Agua que Mercedes Gómez ha elaborado en su blog Arte en Madrid.

EL CANALILLO
El Canalillo o Acequia del Norte del Canal de Isabel II o del Lozoya, es obra del arquitecto Juan de Ribera que en 1863 presentó un proyecto para la construcción de dos acequias de riego derivadas del Canal que devolviesen a los campos que rodeaban Madrid la frescura que habían perdido, ya que la mayor parte del agua que se traía desde el Lozoya se vertía inútilmente al Manzanares.

El inicio del Canalillo estaba en el Partidor cercano al primer depósito del Canal, cerca de la actual Cruz Roja de Reina Victoria, desde allí un ramal llevaba agua a la Escuela de Agricultura (Agrónomos) y a la altura del Cerro de los Locos otro ramal llevaba agua al vivero alto de San Fernando. El Canalillo finalizaba en la Huerta del Obispo.

Una vez en desuso el Ayuntamiento preparó la superficie, tal como lo conocemos ahora, un trayecto sinuoso jalonado de fresnos que aún recuerdan su origen. El uso por parte del vecindario es cada vez más apreciado para un agradable paseo.

Paseo del canalillo en la Dehesa de la Villa
(Foto: A. Morato)

Si te interesa saber más sobre las acequias de riego o canalillo, te recomendamos el artículo sobre El Canalillo de Madrid que ha publicado el equipo de Historias Matritenses

CASA DEL ESCUDO
La Casa del Escudo, llamada así por el escudo de la Villa que la corona, es un edificio que fue destinado a fielato y aduana de entrada de mercancías a Madrid. En él se cobraban los arbitrios por la entrada al término municipal de vino, carne y otros productos de consumo.

Tiene una planta de 60 m2 con un pequeño jardín, y estaba provisto de una báscula en el suelo donde se pesaban las mercancías.

Estuvo en funcionamiento hasta 1962. Desde entonces ha tenido distintos usos cantón de limpieza, vestuario y comedor de trabajadores de la empresa de jardines, bar.

En 1979 se utilizó como Oficina Municipal del Padrón de Valdezarza. Desde 1996 está siendo utilizado por la Asociación de Padres por la Integración de San Federico, dedicada a la integración de personas con discapacidad intelectual, con servicios de ocio, actividades de tiempo libre y un aula de oficios que ofrece cursos de formación e inserción laboral.

Portada de la Casa del Escudo
(Foto: A. Morato)

El escudo, formado por el oso y el madroño y circundado por las siete estrellas, se adoptó hasta bien entrado el siglo XIX. En 1842, por un dictamen del Archivo de la Villa, se acordó incorporar al blasón un nuevo cuartel que representa en campo de azur un dragón, o grifo, de oro, y se agregó una corona cívica. Este escudo de Madrid, menos conocido a pesar de que estuvo en vigor hasta 1967, es el que incorpora la Casa y puede apreciarse en la siguiente fotografía.

Detalle del escudo
(Foto: F. Lorca)

Tras varias discrepancias el Ayuntamiento solicitó un dictamen de la Real Academia de la Historia en el que se declaraba que el escudo tradicional de Madrid es el constituido únicamente por el oso y el madroño con la bordadura de las siete estrellas.

Los aficionados a la heráldica y los interesados en la historia del escudo de Madrid no deberían dejar de visitar el hilo de Urbanity sobre el Escudo de Madrid.

FORTINES, TRINCHERAS, CUEVAS
La Dehesa de la Villa fue siempre, durante los casi mil días de asedio durante la Guerra Civil, zona de vigilancia especial por la proximidad del frente en la defensa de Madrid. Las huellas visibles todavía existentes son puntos de referencia en la arqueología de la Guerra Civil. Nos encontramos con trincheras, nidos de ametralladoras, refugios, cuevas de armas, alambradas y fortines.

En la llamada “curva de la muerte” hay restos de un fortín amplio que fue destruido en los años 70 para hacer la pradera artificial que ahora hay. Junto a la “curva del peralte” hay otros dos fortines, uno visible y otro oculto entre los árboles.

Fortín de la Dehesa
(Foto: A. Morato)

Siguiendo el “Canalillo” desde la Fuente de la Tomasa, en la primera curva, siguiendo una línea de trincheras, frente a la torre del Ciemat, están las cuevas de armas. Llegando al Cerro de los Locos son visibles más trincheras y hay accesos a cuevas bajo el mismo cerro.

Trinchera
(Foto: F. Lorca)

Más adelante, junto a la casa de los guardas que tenía el Canal hay varios restos de alambradas y un bunker que en la actualidad está siendo utilizado como infravivienda. Para terminar, en la calle Pirineos puede apreciarse un fortín a ras de suelo.

Para saber más sobre restos de la Guerra Civil en la Dehesa de la Villa, recomendamos el blog Arqueología de la Guerra Civil en la UCM sobre las excavaciones que un grupo de arqueólogos y estudiantes de la Universidad Complutense de Madrid llevaron a cabo en una zona del campus de la Universidad próxima a la Dehesa y, en especial, el vídeo con el documental resumen del proyecto (Guerra en la Universidad: La película).

MOJONES, HITOS, COTOS, APEOS
Las señalizaciones indicando los límites de las tierras colindantes con la Dehesa de la Villa, en un principio eran rudimentarias: montones de tierra o estacas de madera que podían moverse fácilmente y cambiarlas para adentrarse en la Dehesa y modificar los límites de la misma. Las roturas e intrusiones se sucedían con frecuencia al no haber un guarda permanente para su vigilancia.

Hay constancia documental de deslindes, apeos y amojonamientos de los años 1667, 1677, 1785, 1790 y 1886 y otros del siglo XX.

A partir de 1785 se establecieron los cotos de piedra numerados, con la inscripción MDR, superpuesta, que significan Madrid, lo que marcó de modo más seguro el perímetro de la Dehesa de la Villa.

Actualmente los mojones tienen numeración y las letras D V / A M (Dehesa de la Villa / Ayuntamiento de Madrid) y recorren los límites desde el Ciemat, la subestación de Iberdrola y el barrio de Valdezarza.

Mojón
(Foto: A. Morato)

Otros mojones son los utilizados por el canal de Isabel II para marcar los límites de los terrenos cedidos al Canal tras la construcción del Canalillo. Son cilíndricos y los hay de dos tipos: de cemento, pintados de verde y con la inscripción CI-II; y metálicos, con caperuza y la inscripción CYII en relieve.

Mojones del Canal de Isabel II
(Fotos: A. Morato)