Sobre las setas de la Dehesa de la Villa: presentación del trabajo y primera ficha: Hygrocybe conica.
Nos complace presentar hoy en estas páginas un excelente trabajo sobre las setas de la Dehesa de la Villa realizado por uno de nuestros vecinos, y, con el número 27, uno de los socios más antiguos de los Amigos de la Dehesa de la Villa, José Castillo Pollán, "
Josetas". Josetas lleva viviendo en el barrio desde 1962; ha recorrido la Dehesa desde niño, primero con sus padres, Paco y Teresa, después con los amigos y, más tarde, con su esposa Duli y sus hijas Diana y Clara María. Su afición a la micología comenzó hace más de 30 años en tierras burgalesas en compañía de su suegro Elías, su primer maestro, y continuó con su amigo Juanjo recorriendo gran parte de la península ibérica. Gracias a otro de sus amigos, José Luis Plaza Cuaresma, que le decía “
cada vez que voy a la Dehesa me acuerdo de ti, veo muchas setas”, se decidió a comenzar esta aventura allá por enero del año 2008 y durante algo más de tres años, Josetas ha ido fotografiando y documentando todas las setas que encontraba en la Dehesa.
Fruto de este esfuerzo es el trabajo que hoy presentamos. Comenzaremos con una introducción general sobre las setas de la Dehesa para, más adelante, ir publicando periódicamente artículos a modo de fichas de campo sobre cada una de ellas (más de 70). Incluimos hoy también, a modo de primicia, la primera de las fichas para que los lectores puedan hacerse una idea de lo que encontrarán.
El trabajo es de una gran relevancia: por la cantidad de setas descritas y documentadas y, además, porque todas las fotos han sido tomadas en la Dehesa y están debidamente fechadas. Sirve, pues, como testimonio documental de que determinadas variedades, muy poco comunes y que no se dan todos los años, fueron vistas al menos una vez en la Dehesa de la Villa.
Agradecemos enormemente a Josetas que nos haya cedido este trabajo para la publicación en nuestro blog. Estamos seguros de que nuestros lectores, especialmente los aficionados a la micología, sabrán apreciar el enorme mérito que tiene y disfrutarán de las diferentes entregas que compondrán esta guía.
"La Dehesa de la Villa, zona de gran valor micológico.
La Dehesa de la Villa tiene gran importancia micológica por la enorme variedad de especies tan diferentes de setas que pueden encontrarse, desde
Agaricales a
Ascomicetes, pasando por
Aphylloporales y muchas otras más. Entre todas ellas, se pueden encontrar setas comestibles, aunque como comentaremos más adelante,
deberíamos abstenernos de consumirlas, y setas tóxicas, como
Lepiotas o
Inocybes, que pueden llegar a ser mortales o ligeramente tóxicas. Entre estas últimas están algunos
Agaricales como por ejemplo el
Agaricus xantoderma, conocido popularmente como champiñones, muy abundantes en la Dehesa de la Villa.
La alternancia en la Dehesa de zonas ajardinadas y silvestres tiene mucho interés desde el punto de vista micológico pues favorece una mayor diversidad de especies.
En las zonas ajardinadas, por estar estas regadas, podemos encontrar especies incluso en verano, como
Agaricales,
Hygrocybes,
Conocybes... Es curioso ver en algunas de estas zonas los llamados “
corros de brujas”. Estos corros se van abriendo cada año hasta que por las condiciones del terreno terminan fragmentándose o toman formas irregulares. En la naturaleza silvestre, la hierba de estos círculos es más verde en el exterior que en el interior, donde termina secándose; pero en las zonas ajardinadas de la Dehesa, debido al riego, la zona central suele estar también verde aunque no con la misma intensidad.
El crecimiento del micelio o “corro de brujas” es bastante más rápido en estas zonas regadas que en las zonas más silvestres de la Dehesa, donde son más difíciles de encontrar, bastante más pequeños y de un crecimiento mucho más lento.
Corro de brujas en la Dehesa de la Villa. La diferencia de color del interior podría deberse a la falta de humedad y de nutrientes, consumidos por el micelio, o incluso a la presencia de antibióticos producidos por el hongo.
(Foto: J. Castillo)
En estas zonas ajardinadas, además de las especies comentadas anteriormente, son también frecuentes
Russulas,
Marasmius,
Bovistas... En primavera, cuando la hierba está más alta, los corros son fáciles de encontrar y bien visibles a larga distancia si prestamos atención.
Por su parte, en las zonas silvestres, en su época natural, se ven especies como
Russulas,
Lactarius o
Mycenas, estas últimas muy abundantes y de muy corta vida.
Por otro lado, la diversidad de árboles y arbustos presentes en la Dehesa de la Villa aporta una gran riqueza micológica, encontrándose especies endémicas, como
Geopora summeriana en los cedros de la parte baja de la Dehesa. Adicionalmente, en las zonas con árboles autóctonos podemos encontrar
Gyroporus castaneus que microrriza con los alcornoques;
Lentinus strigosus, antes llamado
Panus rudis, endémica de árboles cortados de alcornoques, aunque también citada en hayedos;
Russula luteotacta, típica de encinares; algunas
Amanitas entre los robles... Y en las zonas más eriales,
Amanita codinae, algunas especies de
Coprinus sobre madera en descomposición,
Bovistas, vulgarmente conocidas como “pedos de lobo”, y también algunas
Lepiotas de pequeño tamaño, pero que podrían llegar a ser mortales.
Intoxicaciones.
Como hemos comentado, en la Dehesa hay setas tóxicas cuya ingestión puede ocasionar diferentes trastornos, desde una simple gastroenteritis hasta la muerte. A continuación trataremos de explicar brevemente los principales síntomas y posibles tratamientos.
Intoxicación faloidiana. Entre las especies que provocan esta intoxicación, en la Dehesa podemos encontrar la
Lepiota josserandii. Se trata de una intoxicación que si no se trata a tiempo es mortal. Los síntomas comienzan entre 7 y 15 horas después de su ingestión y en unos pocos días (típicamente entre 10 y 15) produce la muerte, ya que ataca a riñones, hígado y otros órganos vitales inutilizando totalmente su función. El tratamiento a seguir es el siguiente: tratar de extraer del cuerpo la mayor parte de anatoxinas y mantener controlado el equilibrio de líquidos e iones. Para eliminar los restos de setas del tracto intestinal se puede recurrir al lavado de estómago, uso de eméticos y de purgantes. El método más efectivo de desintoxicación es la eliminación de las toxinas, preferentemente a través de la orina, por lo que se recurrirá al aumento de la ingesta de líquidos y diuréticos. Se recomienda la diálisis forzada desde el primer momento. De este modo pueden desaparecer de la sangre en pocos días, aunque no del organismo. Otra de las toxinas sale del hígado con la bilis aunque se reabsorberá de nuevo en el último tramo del intestino delgado, de ahí que se lleve a cabo una aspiración de bilis con sonda. El uso de carbón activo también es bastante útil hasta 36 horas después de su ingestión.
Intoxicación sudoriana. En la Dehesa, la especie más representativa que produce esta intoxicación es
Inocybe fastigiata. La intoxicación se manifiesta al poco tiempo de haber sido ingerida (típicamente entre 20 minutos y 2 horas) produciendo un aumento en la sudoración, goteo nasal y salivación; también nauseas, vómitos y diarreas, dolor de vientre y visión borrosa. Algunas especies han llegado a producir ocasionalmente la muerte. Este tipo de intoxicación es tratado con atropina inyectada subcutáneamente o por vena.
Alteraciones por interacción con el alcohol. Se producen fundamentalmente trastornos cardiovasculares y enrojecimiento de la cara cuello pecho y extremidades, acompañada de vómitos, diarrea y también falta de visión, dolor de cabeza, sofocos y falta de respiración. Los síntomas aparecen a la media hora de su ingestión si es consumida con alcohol y mientras haya restos de ella en nuestro organismo y se siga ingiriendo bebidas alcohólicas se seguirán repitiendo. El tratamiento sería dejar el alcohol en varios días y tomar grandes cantidades de vitamina C, con lo que tiende a desaparecer pronto. En la Dehesa, se encuentra el
Coprinus atramentarius, o seta anti-alcohólica, así como otros de su especie también muy sospechosos de toxicidad porque contienen una sustancia llamada
coprina parecida al
antabus (medicamento que se utiliza para tratar a personas con problemas de alcoholemia).
Otros tipos de intoxicaciones. Hay otras intoxicaciones producidas por setas, como la
orellánica, producida por los
Cortinarius; o la
giromitrinica, producida por algunos
Ascomicetes como la
Gyromitra esculenta, pero este tipo de setas no se han encontrado en la Dehesa de la Villa. Existen igualmente otras especies que tienen cantidades insignificantes de toxinas o anatoxinas, en
Agáricos, o de acido cianhídrico, en
Marasmius oreades, pero que consumidas en grandes cantidades podrían resultar nocivas para la salud.
También podemos encontrar en la Dehesa otras setas que producen intoxicaciones muy diferentes a las comentadas, como por ejemplo
Gymnopilus spectabilis, setas que, por cierto, podrían llegar a desaparecer del entorno al estarse arrancando de raíz los tocones de los árboles ya cortados, sobre todo pinos, los cuales al empezar a degradarse comienzan a aportar sus carpóforos.
Otra seta tóxica presente en la Dehesa es la
Mycena pura, bastante toxica y fácil de reconocer por su color rosado y olor a rábanos. También hay setas que está comprobado que contienen componentes como las nitrosaminas, que son cancerígenos, principalmente en
Clitocybe suaveolens, presente en la Dehesa. También las setas en mal estado o invadidas por larvas podrían causar algún tipo de trastorno. Por último, hay setas que por su olor no son apetecibles para su consumo, tales como
Clitocybe phaeophthalma, o la
Russula delica, por su sabor muy acre.
Contenido en metales pesados. Es una de las principales causas, aunque no la única, por la que las setas del entorno de la Dehesa no deberían consumirse ni aunque fueran de especies comestibles. La Dehesa es un importante pulmón de Madrid capital rodeado de tráfico rodado y núcleos urbanos (calefacciones). La gran superficie que ocupa el micelio en el suelo puede ir absorbiendo una elevada cantidad de metales pesados como son el plomo, el cadmio, o el mercurio, que después se depositan en las setas en concentraciones superiores a las del suelo del cual se nutren. El problema está en que el organismo elimina muy mal estos metales y con el tiempo pueden llegar a dosis tóxicas.
Otros factores potencialmente tóxicos en la Dehesa provienen del CIEMAT. Se sabe que en los años 70 pudo haber filtraciones de sustancias radiactivas, si bien hay dos hechos que contribuyen a que el riesgo asociado sea menor: en primer lugar, se renovó parte de la tierra situada en las proximidades del CIEMAT y, por otra parte, el tiempo transcurrido desde que los incidentes que ocurrieron supuestamente (alrededor de 40 años) hace que la actividad de algunos isótopos haya disminuido apreciablemente."
Bibliografía:
- Bon, M. (2005): Guía de campo de los hongos de España y de Europa
- Calonge, F.D. (2003): Setas de Madrid
- Courtecuisse, R. & Duhem, B. (2005): Guía de los hongos de la Península Ibérica, Europa y Norte de África
- García Rollán, M. (2006): Manual para buscar setas
- García Rollán, M. (1990): Setas venenosas, intoxicaciones y prevención
- Palazón Lozano, F. (2001): Setas para todos
Ficha 1: Hygrocybe conica o nigrescens
(Foto: J. Castillo; tomada en la Dehesa de la Villa, 19-10-2009)
Hygrocybe: proviene del griego y significa de cabeza húmeda.
Conica: por su forma oval y cónica.
Sombrero: cónico campanudo, con un amplio mamelón obtuso de color rojo anaranjado, o amarillo anaranjado, y un tamaño entre 1-5 cm.
Pie: de color amarillo limón, ennegreciendo en la base del pie y al ser manipulado.
Tamaño: 7 x 0,4 cm.
Láminas: de color amarillo pálido, pasando a color rosado y al fin negras; en cuanto a la forma, libres, espaciadas y ventrudas con lamélulas.
Esporada: blanca.
Toxicidad: no comestible, puede ser bastante tóxica.
Notas: especie rara en la Dehesa de la Villa, hasta la fecha sólo se conoce un setal en una zona ajardinada que suele salir en dos o tres ocasiones al año. Es una seta de las más bellas que podemos encontrar en la Dehesa por su variación de colorido.