A primeros de año publicábamos en estas páginas un reportaje gráfico sobre la plantación vecinal 2011 en la Dehesa de la Villa. Indicábamos allí que estas plantaciones eran herederas, de alguna forma, de la Fiesta del Árbol, que tuvo su esplendor desde finales del S. XIX hasta bien entrado el S. XX, cuando se celebraba anualmente en numerosas ciudades españolas y de otros países. En este artículo recogemos una síntesis de la historia de la fiesta y de las que se celebraron en la Dehesa.
Los niños del Asilo de la Paloma haciendo plantaciones durante la Fiesta del Árbol de 1915 de la que hablaremos más adelante.
(Foto: Salazar, Mundo Gráfico, 1915; Hemeroteca BNE)
Los orígenes.
"El árbol es en muchas culturas y también en la moderna conciencia ambiental un símbolo privilegiado de la relación respetuosa, admirativa, a veces reverencial, del hombre con la naturaleza. El árbol es también símbolo de la vida, que, bajo la perspectiva científica de la evolución, crece, se desarrolla y se ramifica en todo lo que hoy llamamos biodiversidad" (Santos Casado).
La mayoría de fuentes consultadas sitúan el origen de la fiesta en Villanueva de la Sierra (Cáceres) en 1805, cuando el párroco D. Ramón Vacas Roxo convocó, para el martes de Carnaval, a los clérigos, maestros, autoridades y todo el pueblo a plantar álamos en el ejido del pueblo y en una arroyada; la convocatoria, secundada por el alcalde, devino en tres días de fiesta acompañados de música y vino gratis para los asistentes.
Sin embargo, en la página web de los Amigos de la Ciudad de Mondoñedo hemos encontrado un curioso artículo que establece que fue allí donde se realizó la primera Fiesta del Árbol, casi doscientos años antes. Se basan para ello en los estudios del historiador Francisco Mayán Fernández quien encontró en el archivo municipal un acuerdo de 24 de enero 1569 que decía “que los vecinos desta cibdad traigan para en otro día de san blas a el Campo de nuestra señora de los rremedios y planten en el cada vno tres árboles diferentes e que sean de dar fruta so pena que el que faltare de las traer y plantar pague por cada árbol medio rreal para que a su costa se puedan traer e plantar”; así pues, su plantación debió realizarse en la festividad de San Blas, a principios de febrero de 1569.
Izqda.: rótulo de la calle Fiesta del Árbol (www.pueblos-espana.org) y monolito en conmemoración de bicentenario de la Fiesta del Árbol (Turismo Rural Extremadura www.ruralex.es) en Villanueva de la Sierra.
Dcha.: monolito conmemorativo de la festividad del árbol en la ciudad de Mondoñedo. El texto dice “hizo esta alameda y celebró en ella la primera Fiesta del Árbol en España en el siglo XVI, luis de luaces y labrada, regidor de Mondoñedo...”
(Foto: M. Fernández; www.floracantabrica.com)
Sea como fuere, y si bien hay registro de acontecimientos posteriores similares en otros lugares de España (1817, en León; 1840, en una ciudad sin especificar...) parece que no hubo una continuidad en la fiesta como tal. Sería a partir de una celebración en Estados Unidos en 1872, promovida por un tal Sterling Morton, ciudadano de Nebraska, cuando se instituyó el Arbor Day y el ejemplo comenzó a imitarse, primero en España en 1896, y luego en Italia, 1902, en Irlanda, 1904, y casi al mismo tiempo, en Inglaterra y la mayor parte de países de Europa y América.
La Fiesta del Árbol no fue la única actividad surgida a raíz del ambiente “ecologista” y la preocupación higiénico-sanitaria de la época de finales del S. XIX y comienzos del XX, sino que fue una más dentro de un conjunto de iniciativas interrelacionadas y simultáneas que surgieron en toda Europa (escuelas al aire libre y escuelas bosque, granjas-escuela, escuelas del mar, sociedades protectoras de animales y plantas, ciudades-jardín, campos de experimentación agrícola, excursionismo, etc.).
La institucionalización de la Fiesta del Árbol en España.
La primera “Fiesta del Árbol” así denominada se realizó en Madrid el 26 de marzo de 1896, organizada por la Diputación y el Ayuntamiento y patrocinada por la reina regente, María Cristina. La prensa de la época se hacía eco de lo excelente que era “trasplantar a nuestro país la idea americana del Arbor-Day” y recogió amplios reportajes sobre la plantación, realizada en el denominado Cerro del Centinela, cerca del barrio de Prosperidad: en medio de un ambiente festivo, con reparto de meriendas incluido, acudieron alrededor de 40.000 personas, entre ellos, más de 2.000 escolares y todo tipo de autoridades incluyendo las infantas Dª Isabel y Dª Eulalia en representación del rey, que no pudo asistir por hallarse enfermo. Un estudio detallado de esta jornada puede encontrarse en Historias de Hortaleza.
Diferentes imágenes de la Fiesta del Árbol de 1896, plantando los árboles (1), esperando la merienda (2) y vista general del Cerro del Centinela (3).
(Grabados: Comba, La Ilustración Española y Americana, 1896; Hemeroteca BNE)
La Fiesta del Árbol también sirvió para ironizar sobre los problemas y personajes políticos de la época.
(Grabado: Cilla, Nuevo Mundo, 1896; Hemeroteca BNE)
Pero el verdadero instaurador de la Fiesta del Árbol en España fue el ingeniero Rafael Puig y Valls, con la fundación en 1898 de la Asociación de los Amigos de la Fiesta del Árbol, cuyo objetivo era fomentar la repoblación del arbolado y proteger las aves insectívoras. Esta sociedad publicó a partir de 1900 la “Crónica de la Fiesta del Árbol”, un boletín con noticias de toda España en torno a la celebración y fuente de información esencial para seguir su evolución.
Un Real Decreto de 11 de marzo de 1904, promovido por el Ministerio de Agricultura, Industria, Comercio y Obras Públicas reconoce que, aun estando la fiesta establecida y extendida en España por iniciativa popular, el Gobierno debe apoyarla oficialmente y dotar los medios suficientes para que llegue a todos los pueblos por la conveniencia de repoblar la zona forestal española y por sus fines educadores. El decreto fijaba las condiciones para la creación de Juntas locales formadas por los Ingenieros Jefes de los distritos forestales y recomendando la participación en ellas del párroco, el médico, el maestro y los alcaldes por tener “todos ellos una predicación especial en esta obra”. Estimulaba, igualmente, las plantaciones con premios y recompensas: por cada quinientos pies que prosperen, 50 ó 75 Pts., según si las semillas y plantones se hubieran obtenido gratuitamente o “adquirido del comercio”; recompensas honoríficas a Asociaciones y particulares participantes; menciones de mérito para alcaldes, párrocos, médicos y maestros, etc.
Posteriormente, otro Real Decreto de 5 de enero de 1915 declaró obligatoria la celebración de la Fiesta del Árbol en cada término municipal, dejando a potestad de cada corporación la fijación de la fecha. Fijaba igualmente la obligatoriedad para el Ayuntamiento de invitar a todos los funcionarios, asociaciones, entidades y particulares residentes en el municipio y de consignar en el presupuesto anual una partida para los gastos de celebración de la fiesta, so pena de que el Gobernador no aprobase ningún presupuesto que no contemplase dicha partida.
Son numerosas las reseñas en prensa de las celebraciones de la Fiesta del Árbol a finales del S. XIX y el primer tercio del S. XX, hasta la Guerra Civil. Después, la fiesta languideció a la par que las Asociaciones de Amigos del Árbol. Algunas localidades continuaron celebrándola, aunque no siempre con la denominación de Fiesta del Árbol, pero no fue hasta mediados de los años 60 que fue retomada de forma significativa, especialmente en aquellas localidades que habían tenido más tradición. En la actualidad, continúa celebrándose por iniciativas locales, de municipios, asociaciones...
La Fiesta del Árbol en Madrid y la Dehesa de la Villa.
Además de la mencionada fiesta de 1896, en Madrid se realizaron numerosas fiestas del árbol a principios del S.XX, destacando especialmente las realizadas en la primera década del siglo en la Ciudad Lineal, jornadas festivas a lo largo de varios días, con infinidad de actividades paralelas (concursos de dibujo, científico-literarios, de operaciones aritméticas y definición de palabras, campeonatos de ejercicios físicos –tiro de barra, saltos, carreras, “foot-ball”...-).
Al igual que en el resto de España, la fiesta decayó en Madrid durante la segunda mitad del S. XX para retomarse hacia finales de los 60 y principios de los 70.
Imágenes de la plantación de la Semana Popular del Árbol (1-9 diciembre, 1979) en los desmontes de la M30-Este.
(Fotos: M. López Rodríguez, Villa de Madrid, 1979; Memoria de Madrid)
Este año que se cumple el 25 aniversario de la muerte de Tierno Galván, no podemos dejar de recordar uno de sus muchos célebres bandos en el que exhortaba a los madrileños a cuidar la naturaleza y participar en la Fiesta del Árbol de 1986: "[...] Por lo cual aprovechando la ocasión de acercarse, como al cabo diremos, el día que llamamos del árbol, solícitamente esta Alcaldía invita a convecinos y transeúntes a que al común bien ayuden, pues pueden hacerlo, sin mayor esfuerzo, aplicándose con grandes ánimos a que la ciudad y la naturaleza sean amigas y no enemigas, próximas y no ajenas. Común idea, que algunos desconocen y muchos no practican, con perniciosas consecuencias, para el bienestar de todos cuantos en esta Capital y Villa moran. [...] Por último, por cabo y fin de este Bando, se convoca a los vecinos de este honrado Concejo para que celebren la Fiesta del Árbol, por lo que se suplica concurran a plantar los que el Ayuntamiento regale o los que de su propia voluntad los vecinos obsequien, con participación de todos, en especial de los niños, que aquí dicen chavales, con el propósito de que colaboren en bien de su ciudad y aprendan a querer y velar por la tan cruelmente perseguida pródiga naturaleza”.
Muchos madrileños recordarán igualmente la campaña de 1989 “Un árbol, una vida”, del por aquel entonces alcalde Agustín Rodríguez Sahagún, por la que el Ayuntamiento plantaba un árbol por cada niño que naciese y se ponía el nombre del recién nacido en una placa de cerámica a los pies del árbol; adicionalmente, a los padres se les hacía entrega de una maceta con un madroño, madroños que venían de los viveros de GREFA en Villamalea (Albacete). Cuando se anunció la campaña, se decía que esta iniciativa reemplazaba a la Fiesta del Árbol, pero la campaña fue efímera y la Fiesta se retomó con posterioridad. A pesar de lo poco que duró la campaña y de que hayan transcurrido ya muchos años desde aquello, si se busca bien aún pueden encontrarse en Madrid algunas placas de las que se instalaron entonces.
Imágenes recientes de dos placas de cerámica de la campaña "Un árbol, una vida" que todavía subsisten en Madrid.
A la izquierda, una placa descubierta a escasos cien metros de la Dehesa de la Villa, en la que aún puede leerse el nombre de la persona a la que estaba dedicado el árbol. A la derecha, otra placa encontrada en uno de los barrios de los alrededores de la Dehesa; el nombre se encuentra borrado o nunca fue escrito.
A la izquierda, una placa descubierta a escasos cien metros de la Dehesa de la Villa, en la que aún puede leerse el nombre de la persona a la que estaba dedicado el árbol. A la derecha, otra placa encontrada en uno de los barrios de los alrededores de la Dehesa; el nombre se encuentra borrado o nunca fue escrito.
(Fotos: A. Ferrero y A. Morato, 2011)
Por lo que respecta a la Dehesa de la Villa, si bien no puede considerarse una Fiesta del Árbol como tal, tenemos un antecedente claro en la plantación de 1890 (ver Publicaciones). Con posterioridad, encontramos en 1895 un artículo de prensa que recoge el acuerdo municipal para, en adelante, celebrar anualmente y durante el mes de Noviembre, la Fiesta del Árbol en Madrid y se menciona un ensayo realizado en la Dehesa de Amaniel en tiempos del alcalde Andrés Mellado, es decir, en 1889.
Pero, sin lugar a dudas, una de las más sonadas fue la realizada en 1915, un jueves 25 de marzo por la tarde. La fiesta había sido convocada para el jueves anterior (18 de marzo) pero tuvo que ser pospuesta por el mal tiempo. A la plantación asistieron diversas autoridades, entre ellas el alcalde, Carlos Prats, y se convocó a los niños de las Escuelas Públicas de Madrid y una sección de párvulos del Hospicio.
Arriba, niños del colegio de S. Ildefonso preparando la plantación. Debajo, niñas de los colegios municipales durante la plantación.
(Fotos: R. Díez Valdezán, Gran Vida, 1915; Hemeroteca BNE)
La plantación estuvo supervisada por el jardinero mayor del Ayuntamiento, Cecilio Rodríguez. Se plantaron 1.500 pinos, en cada uno de ellos identificado el niño que lo plantó mediante una etiqueta con un número; “guardaban ellos [los niños] otra con el mismo número y al que mejor le cuide le dará, o al menos lo ha ofrecido, el Ayuntamiento un premio en metálico”. La fiesta fue amenizada por las bandas del Hospicio y del Asilo de la Paloma, que interpretó el Himno del Árbol, cantado a coro por todos los pequeños lo que “fue muy aplaudido por la concurrencia”.
Izquierda, una niña del Colegio Ntra. Sra. de las Mercedes plantando un arbolito. Derecha, el alcalde Sr. Prats, rodeado de los niños de las escuelas municipales premiados con cartillas del Monte de Piedad.
(Fotos: Salazar, Mundo Gráfico, 1915; Hemeroteca BNE)
Con posterioridad, sólo hemos podido encontrar una breve reseña de prensa de 1927 informando de la celebración de la Fiesta del Árbol en la Dehesa de la Villa para el jueves 3 de marzo de dicho año.
Desde mediados de los años 90 del pasado siglo, se retomaron en la Dehesa las plantaciones vecinales, no como Fiesta del Árbol sino con un mayor componente reivindicativo. A partir de 2008, tras el establecimiento de la Mesa de Participación Ciudadana, las plantaciones se han venido organizando conjuntamente entre el Ayuntamiento y las entidades vecinales. Estas plantaciones no se enmarcan dentro de la Fiesta del Árbol, ni se denominan como tal; pero son, en cierto modo, herederas de su espíritu, recuperando su carácter lúdico-festivo y educativo, además del ecológico.
Bibliografía:
- Casado, S. (2010): Historia de la ciencia ecológica en España
- Codorníu, R. (1915): La Fiesta del Árbol: recuerdos, datos, consejos, himnos, poesías, máximas y pensamientos
- Costa, J. (1912): El arbolado y la patria
- Crespo Gallego, H. (1926): Recuerdos, datos, consejos, poesías, himnos, máximas y pensamientos dedicados a la Fiesta del árbol y del pájaro
- Fernández, J. (2002): Educación Ambiental en España (1800 - 1975)
- Jiménez Artacho, C. (2000): Naturaleza, ecología y enseñanza en España
- Paule Rubio, A. (2005): Bicentenario de la Fiesta del Árbol en Villanueva de la Sierra (Cáceres) 1805 - 2005
- Ruiz Rodrigo, C.; Palacio Lis, I. (1999): Higienismo, educación ambiental y previsión escolar: antecedentes y prácticas de Educación Social en España (1900 – 1936)
- Solana, E. (1915): La Fiesta del Árbol: origen de esta fiesta, su organización y modo de celebrarla: discursos, poesías e himnos, para darla más realce y esplendor