Unas fotografías sin fecha ni localización cedidas por Isabel González, responsable de la Unidad de Parques Históricos y Especial Protección del Ayto. de Madrid, (entidad gestora de la Dehesa), suscitaron nuestra curiosidad: tras estudiarlas e investigar en hemerotecas y archivos, llegamos a la conclusión de que se trataba de imágenes de las obras de transformación de la Dehesa realizadas a finales de los años 60 y principios de los 70, en las que se llevaron a cabo diferentes trabajos de remodelación y ajardinamiento (escaleras, muretes de contención, zonas de césped, conducciones de agua, paseos, barandillas...).
El tema nos pareció de interés para este blog pues si bien la Dehesa de la Villa ha sufrido con posterioridad numerosos proyectos y obras de urbanización y ajardinamiento, esas primeras actuaciones convirtieron la Dehesa en el paraje mixto que es hoy en día, con zonas de parque y zonas de bosque, configurando, en gran medida, el aspecto que actualmente presenta.
Imagen de la Dehesa recién terminadas las obras donde pueden observarse los muretes, las escaleras, las barandillas de madera y las zonas de césped
(Foto: autor no especificado, Villa de Madrid, 1970; Memoria de Madrid)
Propósito y justificación del proyecto.
Según consta en el expediente de las obras consultado en el Archivo de Villa, la Dehesa, que acababa de ser acotada por el Ayto. de Madrid en enero de 1968 (con los mojones de granito que actualmente pueden contemplarse en diferentes lugares de la propia Dehesa y las colonias de la Policía y Valdezarza), presentaba grandes deficiencias y carencias: taludes de pendientes pronunciadas que implicaban gran riesgo de erosión y peligro para los visitantes; numerosas zonas despobladas, repletas de cárcavas y agujeros; ausencia de instalaciones y mobiliario para el esparcimiento de los vecinos, etc.
Imagen de la carretera de la Dehesa de la Villa antes de las obras. A la izquierda puede apreciarse uno de los taludes a que hacíamos referencia.
(Foto: S. Yubero, 1954; Archivo Regional CAM)
Se justificaba así la necesidad de un “adecentamiento y embellecimiento de este Parque, que es uno de los más extensos y frecuentados por el vecindario de Madrid”. El proyecto, a cargo de la Dirección de Parques y Jardines, contemplaba diferentes actuaciones de mejora: suavización, ajardinamiento y protección de los taludes con barandillas; instalación de riego para atender las zonas verdes; colocación de “fuentes de beber ya que no existe más que una”; creación de paseos y escaleras que faciliten al público el desplazamiento por el parque; establecimiento de miradores “para que el público pueda contemplar las deliciosas vistas que desde allí se divisan”; instalación de juegos infantiles y zonas deportivas en las explanadas; dotación de mobiliario (mesas-banco, bancos, papeleras)... todo ello con el propósito, al mismo tiempo, de “conservar íntegramente el aspecto rústico forestal del Parque”.
La financiación de las obras se realizó con cargo a los fondos de la Junta Administradora del Recargo de la Décima para la prevención del paro obrero, a los que se destinaba el 10% de la contribución rústica como medida para la lucha contra el paro. Durante los años 60, a pesar del “desarrollismo” el desempleo se había duplicado y era frecuente que se realizaran obras públicas con cargo a estos fondos para tratar de paliarlo. De ahí que en el expediente de obras de la Dehesa, junto con la firma de Arias Navarro, alcalde de Madrid por aquel entonces, se diga que debe “certificarse que el 50% [del presupuesto], como mínimo, se destina a mano de obra”.
El proyecto se dividió en varias fases. Las dos primeras, las más importantes, tuvieron lugar entre 1969 y 1970, extendiéndose posteriormente hasta 1974 con otras dos fases y actuaciones menores.
Vistas aéreas comparativas de la Dehesa a mediados de los años 60 y en 2010. En azul, el perímetro aproximado de la zona de actuación de la Fase I; en amarillo, el de la Fase II.
(Mosaico ortofotomapas 1961-67 y Ortofotomapa Madrid capital 2010; Planea CAM)
I Fase.
La primera fase de las obras, con un presupuesto de 1,2 millones de pesetas, comenzó en julio de 1969. La actuación tenía un carácter forestal y se centró en la zona que bordea la antigua carretera entre Francos Rodríguez y Puerta de Hierro (en aquel entonces, carretera M-600). Dicha zona se encontraba muy erosionada, con taludes de gran pendiente y cárcavas profundas. La vegetación, escasa, estaba formada predominantemente por matorrales y malas hierbas.
Se suavizaron las pendientes de los taludes, para lo cual hubo que remover más de 40.000 m3 de tierra. Asimismo, se construyeron muros de contención, con adoquín de cara vista pulimentada y rematados con piedras calizas para no alterar el aspecto rústico de la zona. Al cambiar las pendientes de los taludes, algunos árboles resultaron afectados, quedando sus raíces expuestas al aire. Para protegerlos, se construyeron pequeños muros, iguales a los anteriores, que además de proteger las raíces servían para contener las tierras.
Para fijar las tierras, se plantaron arbustos ornamentales y se sembraron de césped todos los taludes; en total, unos 9.500 m2.
En la zona de la Curva de la Muerte, se crearon rocallas con plantas vivaces, arbustos y distintas variedades de coníferas bajas, para darle colorido.
Fotografía de las obras en la zona de la Curva de la Muerte, donde pueden observarse los muros de contención de taludes y los muretes de protección de los árboles. Nótese igualmente el camino ancho de arena que asciende por la ladera. Como puede comprobarse en el plano aéreo de 1961-67, corresponde a la prolongación de Francos Rodríguez que, por aquella época, cruzaba por mitad de la Dehesa.
(Foto: autor desconocido, entre 1969-70; cedida por I. González)
En la parte alta de los taludes se adecuó el paseo a lo largo de los 750 m colindantes con la carretera, y se instalaron talanqueras rústicas de madera como protección. El paseo se culminó con el mirador que actualmente todos conocemos.
Imagen de uno de los quioscos que había alrededor del nuevo paseo paralelo a la antigua carretera. Al fondo, a la izquierda, pueden apreciarse las barandillas de madera.
(Foto: autor desconocido, entre 1969-70; cedida por I. González)
Adicionalmente, se crearon otros paseos, en los que se procuró no recargar demasiado la jardinería y respetar el carácter forestal de la Dehesa. Los trabajos se completaron con una red de riego (1.400 m de tuberías y 57 bocas de riego), y la instalación de 100 mesas-bancos, 200 bancos de medio tronco además de otro mobiliario urbano (papeleras, fuentes, juegos infantiles, etc.).
Fotografía de uno de los nuevos paseos realizados en la Fase I, donde puede apreciarse la coexistencia de zonas ajardinadas con zonas forestales y las nuevas barandillas de madera instaladas. Resulta curioso igualmente el cartel de prohibición de paso de caballos: ¿tantos pasarían que hubo que prohibirlo?
(Foto: R.M. González Martínez, 1971; Archivo fotográfico CAM)
II Fase.
La segunda fase de actuación, con un presupuesto de 2,6 millones de pesetas, se desarrolló en la parte posterior de La Paloma y la Colonia de la Policía, lindando con las actuales calles Alcalde Martín de Alzaga y Antonio Machado. Como curiosidad, diremos que, por aquel entonces, Martín de Alzaga hacía sólo unos meses que se denominaba así y era todavía más conocida por su antiguo nombre de Camino del Quemadero; por su parte, Antonio Machado no existía como tal calle, sino como el trazado de la línea de tranvías y Camino a Peña Grande.
En esta zona, el terreno era diferente al de la Fase I, pues se encontraba completamente desprovisto de arbolado. No obstante, al igual que en la zona anterior, abundaban los taludes pronunciados y enormes socavones, en este caso llenos de escombros, seguramente provenientes de la construcción de las colonias de la Policía y Valdezarza que había comenzado unos años antes.
Como ya ocurrió en la zona forestal, los trabajos requirieron grandes movimientos de tierras para suavizar los taludes y en las zonas despobladas se hizo una plantación de alrededor de 5.000 árboles.
En general, se transformó toda la zona en un gran parque público: se crearon rodales con plantas de monte olorosas (tomillo, lavándulas, jaras, romero, etc.) y diversas especies de vivaces, se crearon paseos con macizos de césped en los que se insertaron manchas de flor; se construyeron escaleras rústicas y muros de contención, etc.
Imagen de las obras de la Fase II recién terminadas, donde pueden apreciarse los paseos reformados, los árboles recién plantados y una de las papeleras instaladas. La esquina del edificio que aparece en primer término, a la derecha, corresponde a la torre, hoy enfoscada de blanco, que hace esquina con la calle Artajona. La vía asfaltada entre la torre y el camino de arena es la calle Martín de Alzaga.
(Foto: autor desconocido, entre 1969-70; cedida por I. González)
Al mismo tiempo, se trató de mantener algo del carácter forestal del conjunto de la Dehesa, para lo que se plantaron grandes pinos y árboles de sombra (arces, plátanos, olmos, chopos, arizónicas...).
Otra imagen de las obras, en estado menos avanzado, correspondiente a la zona más forestal de la Fase II (parte trasera de La Paloma y la colonia de la Policía).
(Foto: autor desconocido, entre 1969-70; cedida por I. González)
Al igual que en la zona de la Fase I, se instaló riego (más de 1.600 m de tuberías y 59 bocas de riego) y mobiliario urbano (bancos rústicos, bancos-mesas, papeleras, juegos infantiles...).
Parque infantil instalado en la planicie entre Antonio Machado y la tapia de La Paloma, que puede intuirse a la izquierda de la imagen. Los aparatos, de hierro, no cumplirían ninguna de las normativas de seguridad para parques infantiles vigentes hoy en día, pero seguro que muchos de nuestros lectores recordarán haber jugado en ellos...
(Foto: R.M. González Martínez, 1971; Archivo fotográfico CAM)
En total, entre las dos zonas se instalaron 12 fuentes y 139 aparatos de juegos infantiles. Asimismo, se niveló un campo de fútbol existente (creemos que el actual campo de S. Federico) que fue cercado por una barandilla metálica.
Diversas imágenes que nos muestran todos los cambios introducidos en la Dehesa recién terminadas las obras.
Arriba: a la izquierda, el paseo paralelo a la antigua carretera, en el que puede verse uno de los nuevos bancos, las barandillas de madera y una fuente. A la derecha, el mirador sobre la Curva de la Muerte, con las barandillas y bancos.
Arriba: a la izquierda, el paseo paralelo a la antigua carretera, en el que puede verse uno de los nuevos bancos, las barandillas de madera y una fuente. A la derecha, el mirador sobre la Curva de la Muerte, con las barandillas y bancos.
Debajo: izquierda, otro de los aparatos de juegos infantiles. En el centro, panorámica de la esquina de las calles Alcalde Martín de Alzaga y Antonio Machado; las escaleras son las mismas que existen actualmente enfrente de la calle Artajona. A la derecha, una mujer haciendo punto en una de las nuevas mesas-banco y, delante, una de las papeleras.
(Fotos: S. Yubero, 1970; Archivo Regional CAM)
Actuaciones posteriores.
Aunque concluidas unos meses antes, las obras de estas dos primeras fases se inauguraron oficialmente el 18 julio de 1970 (nótese la coincidencia con la festividad del Alzamiento Nacional). Con posterioridad, se desarrollarían las fases tercera y cuarta (entre 1971 y 1974, con un presupuesto de casi 4 millones de pesetas cada una) y la instalación de alumbrado en las zonas ajardinadas (1974, con presupuesto de 1,3 millones de pesetas).
También como parte del proceso de remodelación, el Ayuntamiento dictó una orden en 1972 para que los merenderos fueran remozados, quizá porque su imagen no encajaba con el nuevo look de la Dehesa. Su aspecto cambió enormemente, pasando a ser de madera y con un aire más moderno.
A la izquierda, imagen de uno de los merenderos típicos que había instalados en la Dehesa antes de la remodelación. (Foto: autor desconocido, entre 1969-71; cedida por I. González)
A la derecha, aspecto de uno de los nuevos quioscos conforme a la nueva normativa. (Foto: Luis Ramírez, 1972; ABC)
Para concluir, insertamos una fotografía de la misma serie de las obras que no hemos sido capaces de ubicar. Agradeceremos a nuestros lectores cualquier pista que nos proporcionen sobre el lugar de la Dehesa en el que pudo haber sido tomada.
(Foto: autor desconocido, entre 1969-70; cedida por I. González)
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Bibliografía:
- Nachón, M. L. (1970): Transformación de la Dehesa de la Villa