Continuamos la serie acerca de personas ilustres relacionadas con la Dehesa de la Villa con las sopranos Ofelia Nieto y su hermana Ángeles Ottein, cantantes de ópera muy célebres en su época y que vivieron en los alrededores de la Dehesa de la Villa a principios del S.XX, en la calle que actualmente lleva el nombre de la primera de ellas.
Pocos serán los vecinos de la Dehesa que no conozcan la calle Ofelia Nieto. A pesar de no ser muy extensa, apenas llega a los 600 m, es bastante conocida incluso en otras zonas de Madrid, pues antiguamente, como calle o paseo del Canal de Isabel II, era una de las vías de acceso a la parte baja de Tetuán y camino de salida hacia el término de Fuencarral; ya en la actualidad, y hasta no hace mucho, ha sido la principal vía de entrada al Barrio del Pilar y otros barrios del Noroeste.
Lo que ya no tantos sabrán, excepto los más melómanos, es quién fue Ofelia Nieto. Y lo que probablemente casi nadie sepa, aparte de los más viejos del lugar, es que al igual que su hermana Ángeles, Ofelia Nieto tuvo casa muy cerca de la Dehesa de la Villa, en la calle que hoy lleva su nombre.
Izquierda: Ofelia Nieto retratada para el estreno de la ópera “La Llama”, en la que intervenía como primera soprano.
(Foto: Cámara; Mundo Gráfico, 1918; Hemeroteca BNE)
Derecha: Ángeles Ottein, soprano ligera, durante su gira valenciana.
(Foto: Cámara; Mundo Gráfico, 1916; Hemeroteca BNE)
Explicaremos primero cómo averiguamos que las dos hermanas vivieron cerca de la Dehesa, haremos después un recorrido biográfico sobre ellas y, por último, podremos escuchar grabaciones de algunas interpretaciones suyas.
Localización de las casas que Ofelia Nieto y Ángeles Ottein tuvieron en la Dehesa de la Villa.
Curioseando por los archivos de la hemeroteca de la Biblioteca Nacional, topamos con un artículo de 1925 en el que, con motivo de haberle sido concedida a Ofelia Nieto la Cruz de Alfonso XII, se le hacía una entrevista en su “
hotelito en la Dehesa de la Villa [...]: paisaje entre urbano y campestre. A un lado, casas de arrabal, caminos llenos de baches, humos de fábricas. Al fondo, la mole inmensa de Madrid, recortando entre la bruma distante los ángulos de sus edificios como colmenas... Al frente, la esmeralda eterna de los pinares de la Dehesa de la Villa, brillante por el rocío como esos fondos esmaltados de las tablas de los pintores primitivos, y más lejos aún las jibas (sic) monstruosas de la Sierra llena de nieve...”.
Ofelia Nieto sentada al piano en el salón de su casa de la Dehesa de la Villa.
(Foto: Díaz; Nuevo Mundo, 1925; Hemeroteca BNE)
Investigando un poco más, encontramos que Ángeles Ottein, hermana de Ofelia Nieto y cantante de ópera como ella, también tuvo “
chalet [...] en la Dehesa de la Villa, enfrentado hacia la Sierra [...]. El paisaje se extiende difuminándose en lo inalcanzable al detalle visual. Las planicies castellanas se suavizan en verdeantes sonrisas, con las que se tamizan para la ofrenda cortesana formando el ambiente de este espíritu madrileño que es caricia del alma española...”
Inmediatamente, nos pusimos a indagar dónde pudieron haber estado ubicadas las casas de las dos hermanas. La pista nos la dieron Antonio Martín Albornos
(ver nota 6-11-12) y Carmen Fernández López
(ver nota 19-12-12) , a los que agradecemos enormemente la colaboración que nos han prestado y las fotos que nos han cedido.
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Arriba, Antonio (de rayas, sentado
en la primera fila) con su familia en
los pinares de la Dehesa, en 1919.
Debajo, los padres de Carmen en
la calle Ofelia Nieto, en 1949; detrás
de ellos, el Canal y las alambradas
que por entonces lo protegían y las
casitas, de carácter rústico, que
poblaban la zona.
(Fotos cedidas por
Antonio Martín Albornos
y Carmen Fernández López)
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Vecinos de la Dehesa de los de toda la vida, Carmen se trasladó a vivir a la misma calle Ofelia Nieto al finalizar la Guerra Civil, cuando apenas contaba con 14 años de edad. Por su parte, Antonio nació hace más de 80 años en Chamberí, en la calle Vargas, y ya desde pequeño frecuentaba la Dehesa. Tras casarse, se mudaron al barrio de Valdeconejos, donde viven desde hace casi 60 años.
Antonio y Carmen conservan intactos en el recuerdo infinidad de anécdotas, historias, lugares, etc. de la Dehesa y sus alrededores. Ambos conocieron la calle Ofelia Nieto cuando no era sino un camino de servicio por el que, protegido por una alambrada, transcurría el Canal Bajo de Isabel II, o de Lozoya, flanqueado por algunas casitas bajas de carácter rústico, solares, corrales, huertas, alfares... un aspecto, en suma, muy similar al que se describía anteriormente en 1925.
Si bien Ofelia Nieto había muerto ya, su casa aún estaba en pie y seguía conociéndose como Villa Nieto. Así la recordaban Antonio y Carmen, que también conocieron la casa de su hermana Ángeles (Villa Ottein) y nos señalaron el sitio aproximado donde se levantaban los “hoteles”, en la primera manzana entre los actuales números 2 y 12 de la calle Ofelia Nieto.
Además, Antonio recordaba que un tal Vidal, hermano de su padrino, los compró o alquiló posteriormente e instaló una fábrica de chocolate. Una noticia de prensa de 1969 en la que se imponía una sanción “
a don Juan Vidal Hernández, con domicilio en calle Ofelia Nieto, número 8, de Madrid, por adulteración de chocolates” nos situaba definitivamente el lugar donde se ubicaban.
Los recuerdos de Antonio y Carmen quedaron definitivamente corroborados cuando encontramos en un plano de 1929 las referencias a Villa Nieto y Villa Ottein.
Arriba, plano de 1929 donde puede leerse claramente Villa Nieto y Villa Ottein (Oficina Municipal de Información sobre la Ciudad del Ayto. de Madrid; Biblioteca Digital CAM).
Debajo (Ortofotomapa Madrid Capital 2010; Planea CAM), una vista aérea comparativa de la zona: glorieta Rocío Dúrcal, en la confluencia de Francos Rodríguez, Sánchez Preciado, Pablo Iglesias, Paseo de la Dirección y el arranque de la calle Ofelia Nieto.
Una vez localizado el sitio exacto donde estuvieron sus casas, pasemos a conocer un poco más acerca de estas dos hermanas y cantantes de ópera que un día vivieron al lado de la Dehesa de la Villa. Nos extenderemos más en Ofelia Nieto que en Ángeles Ottein, habida cuenta de que para el propósito de este blog resulta más relevante su personaje por llevar una calle de la Dehesa su nombre.
Ofelia Nieto (¿1898/1900? – 1931).
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Ofelia Nieto, en 1917, recién
contratada para actuar en Montecarlo.
(Foto: Calvache; El Día, 1917;
Hemeroteca BNE)
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Existe disparidad de opiniones a la hora de fijar la fecha y el lugar de su nacimiento.
Para terminar de complicar más la cuestión, la propia Ofelia Nieto afirmaba en una entrevista que había debutado a la edad de 14 años (“
A los catorce años canté Maruxa, del maestro Vives en el Teatro de la Zarzuela...al año siguiente ya fui al Real...”). Teniendo en cuenta que dicho estreno tuvo lugar en 1914, la fecha de su nacimiento debiera ser, pues, 1900... Curioso embrollo cuya resolución excede a nuestro propósito de recoger la relación que la soprano tuvo con la Dehesa de la Villa.
En lo que sí coinciden la mayoría de las fuentes es en que su padre, José Nieto, notario y, este sí, originario de Santiago de Compostela, y su madre, Erundina Iglesias, natural de Santander, tenían gran afición por la música y pronto la enviaron a estudiar canto junto con su hermana Ángeles al Conservatorio y a la academia de Lorenzo Simonetti en la calle del Pez.
Su debut oficial se produjo un 28 de mayo de 1914 en el Teatro de la Zarzuela, en el papel principal de la ópera
Maruxa, con música de Amadeo Vives y libreto de Luis Pascual Frutos.
Imágenes de Ofelia Nieto el día del estreno de Maruxa en el Teatro de la Zarzuela. A la izquierda, con los autores y el elenco principal de la obra. A la derecha, la “señorita Ofelia Nieto, notable tiple de ópera, que debutará esta noche interpretando la parte protagonista de la ópera Maruxa”.
(Fotos: Vandel; El País, 1914; Hemeroteca BNE)
Un año después, en 1915, se presentaba en el Teatro Real, en el que volvería a actuar prácticamente todas las temporadas. De ella dijo la crítica: “
Ofelia Nieto es la Maruxa ideal, la mejor Maruxa que hemos oído; y el público del Real, exigente por el precio que paga las localidades, por el ambiente de aquel teatro, donde se han escuchado tantas eminencias, la ovacionó con entusiasmo y la aplaudió con insistencia”.
A partir de aquí, su carrera fue vertiginosa y los grandes teatros de España y del mundo supieron de sus triunfos: el Liceo, de Barcelona; el S. Fernando, de Sevilla; el San Carlos, de Nápoles; el Real, de Roma; la Scala, de Milán; el Metropolitan, de Nueva York; el Colón, de Buenos Aires...
Su repertorio incluyó las más famosas óperas y zarzuelas (Aída, El Avapiés, La Boheme, La Llama, Madame Butterfly, Otello, Amaya, La Dolores, Gigantes y Cabezudos, Los de Aragón, etc.) y cantó junto con los más renombrados cantantes de ópera de su tiempo.
Ofelia Nieto, cantando ante la Peña palomera del Sanatorio de Ntra. Sra. de Jaraba, Zaragoza, donde pasó las vacaciones ese año para descansar y verse libre de todas las exigencias sociales y preocupaciones de sus tareas artísticas
Foto: autor desconocido; Nuevo Mundo, 1924; Hemeroteca BNE)
En el cénit de su carrera, en 1927 anuncia su boda con Felipe Cubas, decano del Colegio de Procuradores de Sevilla, y su retirada de la escena. Junto con la pianista Julia Parodi, realiza una gira de conciertos de despedida por España (por cierto, el de Madrid tuvo lugar el 6 de enero de 1928 en el salón de fiestas del Lyceum club Femenino de Madrid, antiguo Consejo del Banco de Castilla de la calle Infantas –casa de las Siete Chimeneas-). Todos los medios se hacen eco de su adiós y lamentan que una de las más grandes divas se retire tan joven, “
cuando mayor es su fama y más espléndida su voz [...]
pues España se priva de una de las mejores cantantes que han desfilado por el antiguo Teatro Real”.
Programa de mano del concierto de despedida celebrado en 1927 en La Coruña.
(Foto: Sociedad Filarmónica de La Coruña, 1927; Biblioteca de Galicia)
La boda tiene lugar un domingo 18 de marzo de 1928, por la tarde, en la capilla del Santo Cristo de la catedral de Burgos, ciudad donde por aquel entonces residía el padre de Ofelia Nieto. El evento fue recogido por toda la prensa de la época. Para los aficionados a las “crónicas rosas” diremos aquí que “
la novia vestía un sencillo traje de calle, de crespón negro adornado con azahar, y abrigo de piel, y se tocaba con sombrero fieltro negro. El novio vestía de chaquét (sic)”; apadrinaron la boda el padre de la novia, D. José Nieto y, como ya ocurrió con su nacimiento, hay también diferentes versiones de quién fue la madrina (unos dicen que la madre del novio, Doña Ana Albernis; otros que Ramona Nieto, hermana de Ofelia, en representación de la madre; y otros, que la hermana del novio, también en representación de la madre). Entre los numerosos invitados no faltaron algunas personalidades, incluyendo un ex-ministro, un director de periódico, un secretario del ayuntamiento de Sevilla, un ex-gobernador de Valladolid... “
El templo estaba lleno de distinguida concurrencia”. “
Una multitud rodeó a los contrayentes y los acompañó hasta el hotel donde se celebraba el lunch. Ofelia Nieto se vio obligada a salir a un balcón del hotel para saludar a la muchedumbre que no cesaba de vitorear y aplaudir”.
A la izquierda, Ofelia Nieto y Felipe Cubas, después de contraer matrimonio. A la derecha, el enorme gentío que acudió a presenciar la boda espera la salida de los novios de la catedral.
(Fotos: Espiga; Mundo Gráfico, 1928; Hemeroteca BNE)
Tras la boda, se instalan en Sevilla. Aunque retirada de los escenarios, Ofelia Nieto sigue interviniendo en algunos conciertos benéficos tal como había venido haciendo mientras estaba en activo, hecho que le había proporcionado gran popularidad y le había granjeado las simpatías del gran público.
El 7 de noviembre 1930 la pareja tuvo una hija, noticia que fue publicada en algunos diarios de la época: “
La famosa diva Ofelia Nieto de Cubas ha dado a luz con toda felicidad en Sevilla [...]
una robusta niña. La recién nacida llevará el nombre de Ofelia, como la autora de sus días”. Desconocemos qué ocurrió con ella, en las biografías consultadas ni siquiera se menciona el alumbramiento, pero todo parece indicar que la criatura debió fallecer al poco de nacer.
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Ofelia Nieto, en una de las últimas
fotografías que le fueron tomadas
antes de la convalecencia y que
acompañaba la noticia de su
fallecimiento.
(Foto: autor desconocido;
El Imparcial, 1931;
Hemeroteca BNE)
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Poco tiempo después, Ofelia Nieto cae enferma. Padecía un trastorno en la vesícula biliar que le hacía mostrarse inapetente y la llevó a un estado de extrema debilidad.
Su salud se fue agravando paulatinamente. En marzo de 1931, la familia determinó trasladarla a Madrid (¿a su casa de la Dehesa?) para un mejor tratamiento, pero su estado continuó complicándose. El domingo 17 de mayo de 1931 ingresó en el Sanatorio de Ntra. Sra. del Rosario, en la calle Príncipe de Vergara, para someterse a una intervención quirúrgica que finalmente se llevó a cabo el miércoles 20 de mayo. La vesícula estaba extraordinariamente inflamada, se encontraron también daños en el apéndice y la operación se complicó; se pasaban los efectos de la anestesia y hubo que administrarle una fuerte dosis de éter que le provocó una intoxicación en la sangre.
Se intentó realizarle una transfusión pero hubo que desistir al tener la paciente la sangre coagulada; le sobrevino entonces un colapso del que a duras penas consiguieron reanimarla. Su estado fue empeorando durante la tarde del jueves 21 y a las 3:30 de la madrugada del viernes 22 de mayo falleció, rodeada de sus familiares.
La noticia de su muerte, ampliamente difundida por la prensa de la época, cogió por sorpresa a los círculos teatrales y al gran público, desconocedores de la extrema gravedad de la cantante. Todos lamentaron la pérdida de Ofelia Nieto, quien moría “
en plena juventud y cuando sus innumerables cualidades de diva estaban en pleno apogeo”.
De la notoriedad que llegó a alcanzar Ofelia Nieto puede darnos una idea el hecho de que una búsqueda de su nombre en la hemeroteca de la BNE arroja más de 1.500 registros en artículos de prensa, sólo hasta 1936.
Respecto a su casa en la Dehesa de la Villa, desconocemos la fecha exacta en que se construyó. Sabemos que ya en 1925 Ofelia Nieto residía allí, por la entrevista comentada al principio, donde se nos describe la casa como “
un hotelito, una torre, pequeña y bonita como el estuche de una joya; y en el porche de la casa, con el suelo de azulejos y un Cristo en locetas (sic),
una enredadera y un jardín minúsculo como un patio andaluz”.
Ofelia Nieto junto con el poeta y amigo Antonio Casero en el porche de la casa que la cantante tenía en la Dehesa de la Villa.
(Foto: Díaz; Nuevo Mundo, 1925; Hemeroteca BNE)
Sabemos también que tras su matrimonio, en 1928, se trasladó a Sevilla. Pero mantuvo la casa de la Dehesa. De hecho, había sido reformada unos meses antes de la boda, suponemos que para adaptarla a las nuevas necesidades de la futura pareja. Así se deduce de la licencia de reforma y ampliación solicitada en el Ayuntamiento de Madrid en febrero de 1928. Por cierto, el arquitecto a cargo de la reforma fue Fernando de Escondrillas, muy conocido en la época por haber realizado numerosos edificios de viviendas y haber estado a cargo de varias de las colonias que proliferaron en Madrid a raíz de la ley de Casas Baratas, entre otras, la Colonia Primo de Rivera, en Chamartín, y la Colonia del Pico del Pañuelo, en Arganzuela.
Como ya hemos mencionado, la casa continuaba en pie más de una década después de la muerte de Ofelia Nieto. Antonio y Carmen nos comentaron que la mantenía la hermana, Ángeles, que vivía todavía en el hotel vecino, hasta su venta en los años 50. Posteriormente, las casas debieron derribarse en la década de los 70, si nos atenemos a la fecha de construcción que figura en el catastro de los edificios que hoy se levantan en el solar que ambos “hoteles” ocuparon en la calle que fue Paseo del Canal de Isabel II y hoy lleva el nombre de Ofelia Nieto.
La calle de Ofelia Nieto.
El cambio de nombre de la calle se produjo casi inmediatamente tras la muerte de la cantante. Así consta en el Boletín Oficial de la Provincia de Madrid (22-09-1931), donde la Comisión Gestora de la Diputación se da por enterada en su sesión de 23 de julio de 1931 de los acuerdos tomados por el Ayuntamiento de Madrid en sus sesiones de 29 de mayo, 5, 12 y 26 de junio de 1931 para, entre otros cambios de nombres de calles, sustituir el del Paseo del Canal de Isabel II por el de Ofelia Nieto. El cambio debió deshacerse en algún momento posteriormente, pues encontramos una nota de la sesión de la Comisión Permanente del Ayuntamiento de Madrid del 30 de enero de 1942 en la que, a propuesta de la Comisión de Cultura e Información, se aprueba “
que el paseo del Canal de Isabel II se vuelva a denominar paseo de Ofelia Nieto”.
Este topónimo en el callejero es el único vestigio que de tan insigne vecina queda actualmente en la Dehesa de la Villa.
Últimos restos de edificios en la c/ Ofelia Nieto de la época en que ella vivió allí:
Arriba, a la izquierda, edificio de 1920 en el número 4, justo al lado de donde estuvieron los hoteles de Ángeles Ottein y Ofelia Nieto y que aparece referenciado en el plano de 1929 como Hotel. A la derecha, edificio que hace los números 3-5 de la calle y que también aparece en el plano de 1929.
Debajo, a la izquierda, casa de 1904 al final de la calle; a la derecha, restos de un conjunto de casas de 1920 – 1925 a la altura del número 29, que fueron derribadas para abrir una nueva vía de unión entre Ofelia Nieto y Sánchez Preciado, cruzando la calle José Romero.
(Fotos: A. Morato, 2011)
Ángeles Ottein (1895 – 1981).
Bautizada como María de los Ángeles Nieto, sustituyó el apellido paterno por el artístico de Ottein para dejárselo enteramente a su hermana Ofelia –nótese que Ottein es el anagrama de Nieto, al que añadió una t para hacerlo más italianizante-.
Las fuentes consultadas coinciden en la fecha de nacimiento, 24 de junio de 1895. Pero, tal como ocurrió con su hermana, encontramos disparidad de opiniones respecto al lugar de origen: Santiago, Madrid, Algete... siendo esta última localidad la opción más fiable, si nos atenemos a la fuente en la que también aparece el el
acta de su nacimiento.
Estudió solfeo y piano desde muy joven. Su debut oficial se produjo unos meses más tarde que el de Ofelia, en septiembre de 1914, en el Teatro de la Zarzuela con Marina. Al igual que su hermana, alcanzó gran popularidad y fama y realizó numerosas giras por España y alrededor del mundo (Nueva York, Roma, Nápoles, La Habana, etc.), actuando junto con las figuras más famosas de la época.
Ángeles Ottein con el tenor Schipa durante una gira por Sudamérica.
(Foto: P. Bazán y otro; Caras y Caretas, 1919; Hemeroteca BNE)
A principios de los años 40 cambió los escenarios por las aulas. El Conservatorio Pau Casals de Puerto Rico y el Real Conservatorio de Madrid fueron testigos de su habilidad docente, que forjó figuras de renombre tales como Pilar Lorengar, Inés Rivadeneira, María Luisa Nache, Consuelo Rubio o su propia sobrina Marimí del Pozo, hija de Ramona, la otra hermana de Ofelia y Ángeles, y continuadora de la saga de los Nieto.
Ángeles Ottein falleció en Madrid el 13 de marzo de 1981; la noticia de su muerte apareció en los principales diarios nacionales, lo que da idea de la relevancia y vigencia de su figura incluso varias décadas después de su retirada de la escena.
Sobre la casa de Ángeles Ottein en la Dehesa, ya hemos dejado constancia de su devenir en el apartado anterior sobre la casa de Ofelia Nieto. Añadiremos simplemente la descripción que se hacía en un reportaje de la época para hacernos una pequeña idea de cómo pudo ser: “
un reducido jardín adentra con aromas de flores en el chalet de entonada sencillez que se dice ‘Villa Ottein’ [...].
Cuando traspaso el precioso vestíbulo, adornado con magnífico bargueño de fabricación española y bellamente decorado me acoge con singular gentileza [...]”.
Algunos vecinos de la Dehesa como Rafa, de ochenta y dos años, todavía la recuerdan allá por los años cuarenta: “
Accedía con el coche de caballos por una entrada que tenía por la calle Francos Rodríguez, por donde entonces circulaban los tranvías. Salía con su coche de caballos por las mañanas y regresaba por las tardes. Allí hacía su vida y apenas se dejaba ver porque el palacete tenía una valla ajardinada y era muy discreto”.
Para concluir este artículo, incluimos a continuación una serie de grabaciones de época con interpretaciones de Ofelia Nieto y Ángeles Ottein. Esperamos que resulten de interés no sólo para los amantes de la música sino para todos los lectores a los que hayamos conseguido despertar la curiosidad por saber cómo sonaban sus voces.
Audiciones de Ofelia Nieto.
De ella dijo la crítica: poseedora de grandes cualidades dramáticas, Ofelia Nieto estaba dotada por la naturaleza de unas facultades privilegiadas. Soprano de voz fácil, transparente y, no obstante, llena de emoción, poseía todos los registros y llegaba desde unos graves de contralto hasta la fina agilidad de una tiple ligera. La voz de Ofelia es una de las más hermosas que se han oído: pura, llena, extensa, igual en todos los registros, de timbre aterciopelado y acariciante; mas a esto hay que unir la depurada escuela de canto, el arte del matiz, la inflexión, la manera natural y sin esfuerzo al emitir, y el calor que da vida y alienta en la obra cuando es interpretada de manera tan magistral y perfecta. Era la María Callas de aquel tiempo, en Europa y América. Queda en la historia como una de las más excepcionales sopranos dramáticas que han cautivado a los más diversos públicos del mundo.
Para escuchar las grabaciones hacer click sobre el dibujo de la clave de sol y se abrirá el reproductor de audio en una ventana aparte
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Maruxa:
Preludio y escena
(1931, Hemeroteca BNE) |
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Maruxa:
Mírate en el espejo
(1931, Hemeroteca BNE) |
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Los de Aragón:
Palomica aragonesa
(1931, Hemeroteca BNE) |
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Gigantes y cabezudos:
La carta
(1931, Hemeroteca BNE) |
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Sadko:
Canción India
(ListenGo) |
Audiciones de Ángeles Ottein.
De ella dijo la crítica: Ángeles Ottein se distinguió por la pureza de su voz de soprano ligera. Una técnica sólida le permitió desplegar sus cualidades en un amplio y extenso paisaje que abarcaba la ópera, el concierto, el recital. Su fraseo era perfecto y su talento interpretativo notable. Configuraba unas interpretaciones muy completas gracias a su natural dominio del gesto y del movimiento escénico. Destaca la belleza de su timbre, la controladísima y perlada “mezza voce”, integrada en una expresividad natural, exenta de afectación. Su voz es cálida, vehemente, purísima de timbre, con unos graves hermosos, un registro medio nobilísimo y unos agudos deslumbrantes. En su garganta viven las notas sorprendentes, las notas ágiles que suenan a trinos de ruiseñor, a repiqueteos de cristal, las notas que vuelan altísimas sin romperse. A muchas generaciones les dirá poco el nombre de Ángeles Ottein pero en la historia de la lírica española supo ganar un puesto que ni la muerte misma le puede arrebatar.
Para escuchar las grabaciones hacer click sobre el dibujo de la clave de sol y se abrirá el reproductor de audio en una ventana aparte
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Ave Verum -
Mozart
(1933, Hemeroteca BNE) |
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Maestro Campanone:
Al fin soy tuya
(1932, Hemeroteca BNE) |
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Ave María -
Bach / Gounod
(1933, Hemeroteca BNE) |
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La canción del olvido:
Marianela
(1941, Hemeroteca BNE) |
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La canción del olvido:
Serenata
(1941, Hemeroteca BNE) |
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Katiuska:
Romanza - Acto I
(1933, Hemeroteca BNE) |
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Katiuska:
Romanza - Acto II
(1933, Hemeroteca BNE) |
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Luisa Fernanda:
Caballero de
alto plumero
(1941, Hemeroteca BNE) |
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Luisa Fernanda:
Para comprar
a un hombre
(1941, Hemeroteca BNE) |
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Luisa Fernanda:
Mazurca de
las sombrillas
(1941, Hemeroteca BNE) |
Bibliografía:
- Bertoméu Fernández, J.A. (2009): Ofelia Nieto, soprano (1898-1931)
- De Santiago, A. (1994): Ofelia Nieto: una gallega en el Olimpo del Bel Canto
- Hernández-Girbal, F. (1994): Cien cantantes españoles de ópera y zarzuela
- Hernández-Girbal, F. (1997): Otros cien cantantes españoles de ópera y zarzuela
Serie Personajes célebres en la Dehesa de la Villa:
- Ramón y Cajal y su cigarral de Amaniel
- Antonio de Zulueta un pionero de la genética en la Dehesa de la Villa / La Dehesa, la retama, el escarabajo y el cromosoma
- Ofelia Nieto y Ángeles Ottein, dos sopranos en la Dehesa de la Villa
- Antonio Escobar Burgos, vecino y Amigo de la Dehesa de la Villa
- J. M. Caballero Bonald: un poeta premio Cervantes en la Dehesa de la Villa
- Pablo Guerrero: cantautor y poeta
Actualizaciones.
06-11-2012 – Fallecimiento de Antonio Martín Albornos.
El pasado jueves 1 de noviembre, día de Todos los Santos, fallecía en su domicilio de la Dehesa de la Villa Antonio Martín Albornos, a consecuencia de un accidente doméstico.
Los que tuvimos la suerte de conocerle le recordaremos por su carácter afable, siempre dispuesto a relatarnos cosas sobre el pasado de la Dehesa y alrededores. Con 87 años de edad, muchos de ellos vividos en el barrio de Valdeconejos, en las inmediaciones de la Dehesa, su prodigiosa memoria y su animada conversación nos retrotraían a tiempos pasados, cuando Valdeconejos no era sino un barrio del pueblo de Fuencarral y la Dehesa un “campo” silvestre. Gracias a él, y a su mujer Carmen, averiguamos dónde estaban las casas de Ofelia Nieto y Ángeles Ottein y nos contaron cómo era el barrio antes de su completa transformación. También nos habló de la
Huerta del Concejal y de las otras muchas huertas que poblaban los alrededores de la Dehesa, de los
merenderos y ventas (“chuletines” les llamaba) de Valdeconejos y la Dehesa, del Canalillo...
¡De cuántas otras cosas nos hubiera gustado poder seguir charlando! Con él perdemos uno de nuestros “cronistas” y, sobre todo, un buen Amigo. Vayan desde aquí nuestras más sinceras condolencias para su viuda Carmen, sus hijas y allegados.
19-12-2012 – Fallecimiento de Carmen Fernández López.
En la vida muchas veces las desgracias no vienen solas. Si hace un mes lamentábamos la pérdida de Antonio Martín Albornos, sentimos hoy la pérdida de Carmen Fernández López. Delicada de salud desde hacía algunos meses, Carmen falleció la noche del pasado día 18 de diciembre.
Por ella supimos de lugares perdidos en los alrededores de la Dehesa (merenderos, fuentes, calles, huertas, casas, etc.) que aparecen de vez en cuando en algún mapa o artículo de hemeroteca y que ella nos ayudó a localizar. Con alegría y pasión nos relataba sus recuerdos de Tetuán, de la Dehesa y de Valdeconejos y con socarrenoría no exenta de candor nos hablaba de las más célebres ventas de la Dehesa, de los famosos que los frecuentaban, de los saraos que allí se organizaban y que, como vecina que era de una de ellas, tuvo que soportar más de una vez. Y a duras penas conteniendo las lágrimas nos habló también de guerras, de tiempos difíciles de juventud en el barrio de Tetuán.
Algún día, nos decía, tendría que animarse a poner por escrito todos esos recuerdos, pero no se veía con fuerzas para hacerlo. Parte de ellos, al menos, ya están por aquí: en ésta entrada sobre Ofelia Nieto que no hubiera sido posible sin sus testimonios, y diseminados por otros de los artículos de nuestro blog. Y aquí quedan juntos para el recuerdo de Antonio y Carmen.
Aunque difícilmente pueda encontrarse consuelo en las palabras, desde aquí queremos agradecer a su familia y allegados el habernos facilitado contactar con ellos, transmitirles nuestro más sentido pésame y brindarles apoyo ante los difíciles días que tendrán que afrontar.