El pasado 18 de febrero fallecía, a los 89 años de edad, Antonio Escobar Burgos. Con él perdemos a uno de nuestros primeros socios y más entusiastas seguidores. Admirador y halagador de la actividad que realizamos en defensa de la Dehesa de la Villa, estaba siempre dispuesto a contribuir apoyando a la Asociación a través de las publicaciones que vamos editando.
Empresario de éxito, doctor en Derecho y profesor de Derechos Humanos en Alcalá de Henares, mecenas y amigo de artistas, no nos extendernos en su biografía. EL PAÍS, periódico al que estaba vinculado como uno de los primeros accionistas de PRISA, ha publicado dos necrológicas: Antonio Escobar, un espíritu libre (Álvaro Martínez-Novillo, 24-febrero-2012) y Antonio Escobar Burgos, abogado y empresario (Diego Hidalgo, 8-marzo-2012). Asimismo, su hijo Pablo está realizando un blog sobre la figura de Antonio Escobar. Quien lo desee, encontrará allí más datos sobre su vida y podrá acercarse a la enorme dimensión humana de Antonio.
Antonio Escobar al lado del busto de Antonio Machado, del que tenía una copia en el jardín de su casa.
(Foto: autor desconocido, años 70-80; cedida por Antonio Escobar)
Nosotros le recordaremos en su casa “El Torreón” de la calle Pirineos, tan ligada a la Dehesa de la Villa y sobre la que algún día tendremos que escribir un artículo monográfico. Siempre nos abría las puertas para recibir a las personas venidas de otras partes de Madrid cuando hacíamos las rutas guiadas por la Dehesa.
Antonio Escobar, gorra de plato negra y gabardina beige, muestra su casa durante la vista guiada que Adolfo Ferrero realizó para el CC Clara del Rey.
(Foto cedida por el CC Clara del Rey, enero 2011)
Allí, en “El Torreón”, o “El Castillo”, como también se conoce a la casa, nos contaba recuerdos de la Dehesa y nos recitaba poesías de Antonio Machado, por el que sentía especial admiración y cuyo busto presidía el jardín de su casa. Era una delicia escucharle.
El busto de Machado en el jardín. De él decía Antonio Escobar: “Nuestro íntimo amigo y gran escultor Pedro Barral, hermano de Emiliano, esculpió para nosotros con piedra rosa de Sepúlveda la copia de este busto que preside el rincón más bello nuestro jardín. Y cada mañana cuando abro la puerta de la casa, desde el descansillo de la escalera que a él conduce, mi primer saludo es para Don Antonio. Le deseo los “Buenos días” y repito siempre el estremecedor mensaje de “esperanza-desesperanzada” que transmiten estos tres versos: ‘Confiemos / en que no será verdad / nada de lo que sabemos’”
También queremos recordar a Antonio a través de las felicitaciones de Navidad, Pascueros, como él los denominaba, que puntualmente nos enviaba todos los años. Eran sus Pascueros entrañables tarjetas en cuya elaboración participaba toda la familia. A través de ellos, Antonio, además de felicitarnos las Pascuas y el año entrante nos daba noticias de hijos, nietos y bisnietos, desgranaba sentimientos y nos transmitía su especial visión del mundo. Como ejemplo, sirva este poema que nos envió en las Navidades de 1982, en recuerdo y homenaje a uno de sus compañeros durante la Guerra Civil.
No podemos terminar sin mencionar a su esposa, Julia Moreno Hilera (1919 – 2006), nacida en el entonces Tetuán de las Victorias y amante también de nuestra Dehesa de la Villa, a la que dedicó un capítulo de su libro de memorias infantiles y de juventud “Historias de la abueluchi”: “En mi colegio teníamos el privilegio de que un día hacíamos una excursión a la Dehesa de la Villa [...]. ¡Era nuestro vergel! Como quedaba cerca, íbamos andando. De dos en dos, y con nuestro uniforme blanco y un gran lazo en el pelo, la gente nos miraba pasar como a un grupo de palomitas disciplinadas. Llevábamos nuestra comida –tortilla, chuletas, pimientos fritos y fruta-. Por la tarde, cuando nos recogían nuestras familias en el colegio, alborotadas y con los lazos torcidos, ya no éramos ese ejército de palomitas, sino un montón de niñas cansadas pero felices”.
Es para nosotros un honor haber conocido y admirado a Antonio Escobar. Decía Diego Hidalgo en su necrológica, “con él va muriendo una generación que ha sido fundamental en la historia de España y con la que estamos en deuda”. Para saldar la nuestra, permítasenos incluirle como uno más dentro de nuestra serie
Personas ilustres en la Dehesa de la Villa:
- Ramón y Cajal y su cigarral de Amaniel
- Antonio de Zulueta un pionero de la genética en la Dehesa de la Villa / La Dehesa, la retama, el escarabajo y el cromosoma
- Ofelia Nieto y Ángeles Ottein, dos sopranos en la Dehesa de la Villa
- Antonio Escobar Burgos, vecino y Amigo de la Dehesa de la Villa
- J. M. Caballero Bonald: un poeta premio Cervantes en la Dehesa de la Villa
- Pablo Guerrero: cantautor y poeta