La Asociación de Amigos de la Dehesa de la Villa se complace en presentar una nueva publicación con la que contribuir a divulgar una página más de la historia de la Dehesa y, de paso, rellenar un hueco en la bibliografía sobre Madrid y sus viajes de agua. La publicación se presentará el próximo viernes 21 de junio, con motivo de las Fiestas de la Dehesa de la Villa 2013. El autor es Pedro Martínez Santos, de quien ya hemos publicado aquí un primer artículo sobre El Viaje de Aguas de Amaniel y de quien nos sentimos orgullosos de contar con su colaboración.
Portada de la publicación El Viaje de Aguas de Amaniel (Diseño del autor: Pedro Martínez Santos) |
Aprovechamos para recordar a nuestros lectores que las publicaciones de los Amigos de la Dehesa carecen por completo de ánimo de lucro. Su precio es un donativo para cubrir el coste de edición así como del resto de actividades gratuitas que organizamos.
Y, para festejar la nueva publicación, nada más oportuno que una breve cronología sobre el Viaje que esperamos poder ir completando próximamente con artículos monográficos.
1603. El Secretario de la Junta de Obras y Bosques, Tomás de Angulo, afora y nivela los manantiales en las tierras de Amaniel (hoy Dehesa de la Villa). A los pocos meses es autorizado por el Duque de Lerma a comprarlas por cuenta de la Real Hacienda.
Extracto del vídeo explicativo que se exhibe en el Museo de los Caños del Peral donde se resume la historia del acueducto y del viaje de aguas de Amaniel y su relación con la Dehesa de la Villa. El vídeo nos fue cedido por Metro de Madrid para el artículo que publicamos en octubre 2011.
1611. Primeras obras documentadas del viaje.
1613. El viaje ya está en servicio, aunque continúan las obras. El caudal asciende a ocho reales fontaneros en verano de ese año.
1614. Fecha de finalización de las obras originales.
1617. Fecha de finalización de las primeras ampliaciones.
1620. La Real Hacienda otorga carta de pago por las tierras de Amaniel. Los terrenos pasan a ser propiedad de la Corona.
1631. Las mercedes de agua otorgadas por el rey exceden el caudal del viaje.
1639. La fuente del Cura, en la calle de San Bernardo, comienza a recibir caudales de Amaniel. Su dotación se deriva de una permuta realizada por el Conde de Salazar a cambio de aguas del viaje de aguas municipal de la Castellana.
1640. Primera noticia del método de aforo de caudales. Consiste en un dibujo a escala real de un orificio de cuatro dedos de diámetro. Durante los veinte años posteriores abundan los expedientes de obras de reparación.
1656. En el plano de Madrid de Pedro de Teixeira aparece representada una de las arcas de agua del viaje de Amaniel: la que se situaba cerca de la Puerta de Fuencarral.
(Plano: P. Texeira, 1656; Biblioteca Digital CM) |
1694. Reconocimiento de la traza del maestro Juan de Pineda. Por desgracia, su descripción detallada –si es que alguna vez quedó reflejada en papel– no ha llegado hasta nuestros días.
1725. Primera representación gráfica del viaje de aguas de Amaniel, contenida en el plano de los viajes de agua de Madrid de Pedro de Ribera. La traza aparece apenas visible. Sólo abarca el tramo de aproximación al Real Alcázar.
1727. Publicadas las anotaciones de Juan Claudio Aznar de Polanco sobre la calidad de las aguas de diversos viajes de agua de Madrid, entre ellos el de Amaniel.
1734. Incendio en el Real Alcázar. La reconstrucción del mismo lleva consigo importantes reformas en el viaje de aguas de Amaniel, que se realizan en el curso de las décadas posteriores.
1746. Descripción de la traza realizada por Saqueti en conjunción con Domingo García, Juan Ruiz de Medrano y Benito Pardo. El estado del viaje en la práctica totalidad de su zona de cabecera era lamentable.
1750. Juan Bautista Saqueti lleva a cabo importantes modificaciones en los tramos de cabecera y aproximación a la Villa, estableciendo un trazado más rectilíneo que el original. Este itinerario es el representado en la práctica totalidad de los mapas del Archivo General de Palacio. Descripción de la traza Domingo García.
1752. Relación de las mercedes de agua elaborada por la Secretaria de la Junta de Obras y Bosques para los años 1749, 1750, 1751, 1752. Sólo menciona dos fuentes públicas: la del Cura y la de Matalobos.
1769. El plano de Madrid de Espinosa de los Monteros refleja la localización de las citadas fuentes.
(Plano: A. Espinosa de los Monteros, 1769; Biblioteca Virtual del Patrimonio Bibliográfico) |
1793. Fuerte sequía. Por orden de Sabatini se realiza un inventario de mercedes y caudales a cargo de Severo Andrés García.
1795. Reformas a cargo de Francisco de Sabatini.
1816. Nueva relación de mercedes y caudales a cargo de Severo Andrés García.
1821. El cirujano Manuel Hurtado de Mendoza publica su metodología para el análisis de aguas, ilustrándola con los resultados obtenidos a partir de las aguas de la fuente de Matalobos, del viaje de Amaniel.
1825. Fecha aproximada de comienzo de la construcción del segundo ramal de cabecera, destinado a captar las aguas del entorno del Cerro de los Pinos.
1827. Nueva relación de mercedes y caudales a cargo de Ysidro Velázquez.
1828. Fuerte sequía. Por motivos relacionados con una presunta sisa de aguas por parte del personal de cocinas de Palacio, se encarga al arquitecto Tiburcio Pérez un nuevo reconocimiento del estado del viaje.
1839. Obras de reforma en el ramal del Cerro de los Pinos.
1843. Obras del nuevo ramal de Cantarranas, en la Ciudad Universitaria.
1847. Según el diccionario de Pascual Madoz (1847), el viaje de Amaniel consta de tres fuentes públicas: fuente de Matalobos, fuente del Cura y fuente de la Plazuela de la Armería. Este autor dice además que la fuente del Cura fue sustituida por el caño de vecindad de la Cruz Verde y la fuente de aguadores de Mostenses (presumiblemente, este hecho guardaba relación con los frecuentes incidentes entre vecinos y aguadores, de los que hay noticias en el Archivo General de Palacio desde
1797). Existe aparente contradicción con un documento palaciego firmado por Juan de Villaronte dos años después, en el que indica que dicha fuente mantenía entonces una asignación de cuatro reales fontaneros.
1848. Narciso Pascual y Colomer, arquitecto de Palacio, unifica el método de aforo de caudales para las distintas arcas del viaje, definiendo la carga, diámetro y caudal correspondiente a cada orificio de los marcos de medida. Indica además que es muy conveniente que se realicen medidas periódicas.
1850. Alrededor de esta fecha se elabora el primer y único plano completo de la traza del viaje que se conserva en el Archivo de Palacio. Se trata de un boceto cuya superposición al viario actual parece contener algunos ligeros problemas de orientación en la representación de los ramales de cabecera. Por lo demás, es de factura bastante exacta y se corresponde con los vestigios materiales del viaje.
1858. Llegada a Madrid de los caudales del río Lozoya a través del Canal de Isabel II: principio del fin de los viajes de agua.
Aunque esta imagen del Acueducto de Amaniel seguramente es conocida por casi todos, quizá algunos no habrán reparado en el objeto que indica la flecha (añadido nuestro).
(Foto: C. Clifford, 1856; Biblioteca Digital Hispánica)
Ampliación del objeto indicado por la flecha en la fotografía anterior. Muy cerca del camino, lo que sería hoy en día la C/ Dr. Federico Rubio, podemos divisar uno de los capirotes del viaje de agua de Amaniel.
En la fotografía de Clifford, se juntan pues dos de los elementos más emblemáticos del abastecimiento de agua en Madrid: un capirote de los viajes de agua y uno de los acueductos de la primera traída de aguas del Canal de Isabel II. Por fortuna, aún podemos seguir viéndolos en la Dehesa y sus inmediaciones.
1869. Tras la revolución de 1868, la Corona pierde parte de su patrimonio. Se le reconoce el derecho a conservar sus viajes de agua, incluido el de Amaniel.
1880. La expansión de Madrid por el norte ha llegado a las tierras de Chamartín y Fuencarral. Durante los siguientes cuarenta años se registrarán numerosas peticiones de particulares para la apertura de pozos de aguas claras (agua potable) en las inmediaciones del viaje. Abundan los expedientes de retirada o rebajamiento de capirotes, puesto que estos estorban el paso de personas y carruajes en las nuevas calles de la zona. También existen algunos expedientes de este tipo en el distrito de Chamberí.
1885. El Ayuntamiento solicita a Palacio que aumente en un caño la dotación del Caño de Vecindad de la Cruz Verde, debido a la enorme afluencia de vecinos. La petición es denegada por el escaso caudal que en ese momento lleva el viaje. Se sugiere al Ayuntamiento que trate de obtener en su lugar caudales del acueducto del Lozoya.
1902. El plano de Enrique Repullés, representa los tramos del viaje que aún están en funcionamiento. El autor trabaja sobre una copia del plano de mediados del siglo XIX.
1903. Documento firmado por el intendente José Güemes en el que sólo cita el Caño de la Cruz Verde como fuente pública asociada al viaje. Las del Cura, Matalobos y la Armería, por tanto, debieron desaparecer en la segunda mitad del siglo XIX.
1905. Primeras menciones a la fuente del Caño Gordo de Moncloa. De acuerdo con los legajos, estaba situada en un parque de la calle Joaquín María López y ocasionalmente recibía caudales sobrantes del viaje.
(Foto: Hauser y Menet, 1930; Memoria de Madrid) |
La construcción del Asilo de La Paloma no acabó con todos los capirotes que había en el solar. Como podemos apreciar en esta imagen, unos niños juegan en el patio justo delante de uno de ellos. Son los hijos del Capitán Sánchez, famoso por un triste crimen, que fueron recogidos en el Asilo; pero esa será otra historia.
(Foto: Vilaseca; Mundo Gráfico, 1913; Hemeroteca BNE)
1910. Profundas reformas de la traza a cargo del ingeniero Andrés Ripollés, abarcando todo el tramo del viaje que va desde Palacio hasta la fuente del Caño Gordo de la Dehesa de la Villa. Durante las mismas se eliminaron múltiples focos de contaminación.
1911. El plano de Andrés Ripollés, calco del de Repullés, muestra los tramos del viaje que aún están en funcionamiento.
1923. Croquis del arca de Amaniel de Juan de Moya. Aparentemente, su elaboración está relacionada con la contaminación de las aguas de la misma.
1929. Una de las dos fuentes del viaje que responden a la denominación de Caño Gordo –la de la calle Joaquín María López– da lugar a fiebres tifoideas. Aparentemente, estas guardan relación con filtraciones de edificios adyacentes y no con la calidad de las aguas que lleva la galería principal.
1935. Últimas referencias manuscritas indicando que el viaje permanecía activo. Hacen referencia a la construcción de la actual Gran Vía, para la que se solicitó derruir parte del viaje de Amaniel. La petición fue denegada en base a la necesidad de preservar el viaje para el suministro de agua a Palacio.
1954. Se termina el plano de José Bernardo Granda, última representación original del itinerario del viaje. Forma parte de los trabajos relacionados con la cesión de sus galerías a la red municipal.
1992. Comienzan las campañas arqueológicas en la Plaza de Oriente, encontrándose durante las mismas algunos restos relacionados con el viaje de Amaniel.
2005. Se encuentran vestigios del arca de Amaniel durante las excavaciones de la calle Juan XXIII. Estos quedan integrados en un pequeño parque urbano.
Imagen de una de las galerías del Arca de Amaniel en el mismo momento de quedar al descubierto por una de las máquinas que trabajaban en el Paseo de Juan XXIII. Afortunadamente, se consiguió detener la excavación y evitar su destrozo.
(Foto: A. Ferrero, 2005)
2011. Inaugurado el Museo de los Caños del Peral, donde se exhibe un sector de acueducto que pudo pertenecer al viaje de aguas de Amaniel.
2013. Se publica el primer estudio monográfico de la historia sobre el viaje de aguas de Amaniel.