Continuando con la serie de artículos que iniciamos hace unos meses sobre proyectos no realizados en la Dehesa de la Villa, nos ocupamos hoy del que hubo allá por 1918 para la construcción en la Dehesa, más o menos en lo que hoy es el Mirador de la denominada Curva de la Muerte, de unos pabellones destinados a cafetería-restaurante y vaquería. El hecho de que parte de las instalaciones se destinase a este fin no es extraño, pues por aquella época en la Dehesa y alrededores existían numerosas vaquerías, establos y corrales.
Recorte de prensa de 1914 del diario La Correspondencia de España (Hemeroteca BNE). En el anuncio, La India (lechería, pastelería, chocolatería) promociona la calidad de la leche que utiliza en sus productos haciendo mención a sus establos en la Dehesa de la Villa.
El expediente, iniciado con fecha 27 de mayo de 1918 a instancia de D. Abilio Martínez, se conserva en el Archivo de Villa. Resumimos a continuación parte del proyecto; los párrafos entrecomillados son citas literales del texto.
Emplazamiento.
“En una lengua de terreno perteneciente a la Dehesa de la Villa, a continuación del Asilo de la Paloma, entre la carretera que va a la Puerta de Hierro y el Camino de Peña Grande y cuya situación se indica en el plano topográfico que se acompaña, se trata de emplazar una construcción de planta baja y Principal con servicio se sótanos, destinada a la instalación de un “Restaurant” con venta de refrescos, licores, etc. y establo para la expedición de leche pura de vaca, con el fin de que el numeroso público que pasea por aquella hermosa parte de la población encuentre condiciones de comodidad y recreo”.
Plano que acompaña al expediente con el “emplazamiento del terreno que se intenta ocupar y situación en él de las construcciones que se proyectan elevar.”
(Archivo de Villa, 1918)
Así pues, el proyecto constaba de dos edificios separados:
Edificio Principal.
Destinado a restaurante, estaba compuesto por dos salones y un hall central en la planta baja. En los sótanos se pretendía instalar los servicios de cocina, retretes, almacenes, etc. Adicionalmente, se proyectaba una planta principal compuesta por un torreón-mirador y dos terrazas.
Vaquería.
El segundo edificio se proyectaba como un pabellón de una sola planta baja en el que iría el establo, con capacidad para cuatro vacas y sus correspondientes pesebreras de cemento. De acuerdo a las ordenanzas municipales de la época, se pensaba revestir de azulejo blanco hasta dos metros de altura (se proyectaban cuatro metros de altura interior) e instalar “los obligados ventiladores”. Además, se proyectaba en él una enfermería, almacén para piensos y grano y cuarto para el guarda.
Calidades.
“Por estar la construcción que se proyecta destinada a emplazarse en pleno campo, con abundante arbolado y sin que exista construcción alguna a bastante distancia, ha obligado a dar a la construcción de que se trata, carácter rústico, acusando los entramados al exterior y empleando también la madera para barandillas de escalinata, de galería y coronación de fachadas”.
Menciona el expediente a continuación los materiales que se preveía emplear, entre ellos, fábrica de ladrillo, cimentación de hormigón, maderas para los pisos, etc. que no detallamos por su alto grado de tecnicismo.
“Las fachadas serán de ladrillo al descubierto y la carpintería que se acusa en el pabellón principal como igualmente toda la madera que se acuse en el exterior irá pintada al óleo”.
“En la instalación de la red de desagües de estos dos pabellones, se observará todo lo dispuesto acerca del particular; se colocarán retretes inodoros con aparato para descargas de agua los cuales por medio de las debidas bajadas de hierro descargarán en una atarjea de fábrica de ladrillo revestida de cemento y la cual por medio de pendientes, descargarán en un pozo sistema Mouras” (aclararemos para nuestros lectores que no es ni más ni menos que una fosa séptica, que recibía ese nombre por haber sido inventada por el ingeniero Jean-Baptiste Mouras).
Plano de la fachada sur del Edificio Principal donde puede apreciarse los sótanos, planta baja y principal, con las dos terrazas y el torreón-mirador.
(Archivo de Villa, 1918)
Explotación.
Se solicitaba la explotación del restaurante por un plazo de 20 años, a contar desde el día de apertura al público, y sujeto al pago del canon correspondiente. Al cabo de dicho periodo, la propiedad del inmueble e instalaciones fijas pasaría al Ayuntamiento de Madrid, quedando las mesas, sillas, alumbrado y todo el menaje y enseres necesarios para la explotación en propiedad del arrendatario.
El solicitante se comprometía a correr con los gastos de construcción y escrituración del contrato, a no ocupar más espacio que el representado en el proyecto y a “dar servicio esmerado, tanto a la carta como en cubiertos, a los precios corrientes en establecimientos de esta clase bien acreditados”; se reservaba, por otro lado, el derecho a abrir todos los días del año.
Autoría.
Firmaba el proyecto el arquitecto Luciano Delage y Villegas, de quien todavía se conservan en Madrid varios edificios, entre ellos el Teatro Infanta Isabel, en la c/ Barquillo, y al que también se atribuyen algunos edificios de viviendas en la c/ Larra. Mucho más cerca de la Dehesa, podemos encontrar otro ejemplo de su arquitectura en el edificio de viviendas para Gregorio Rubio, c/ Berruguete, nº 5.
Resolución.
El 10 de junio, apenas un par de semanas después de presentado el proyecto, el expediente pasa a informe del Arquitecto de Propiedades de la Villa, D. Luis Bellido, quien con fecha 13 de junio dictaminó “que sin entrar en otras consideraciones de orden técnico y legal que aconsejarían rechazar lo solicitado por el proponente, la forma en que la Dehesa de la Villa fue cedida por el Estado al Excmo. Ayuntamiento, impide a éste, bajo pena de anulación de la concesión, destinarla a otros fines que los señalados en la misma; por lo cual entiendo que en modo alguno debe accederse a lo solicitado”.
Recordemos que la Dehesa había sido cedida en usufructo por el Estado al Ayuntamiento de Madrid en 1901, a raíz de un plan estatal que preveía la cesión de terrenos públicos a municipios y diputaciones de toda España con la condición de destinarlos a fines de orden benéfico y social. Así, en la Dehesa se habían levantado el Asilo de la Paloma (1910) y las Escuelas Bosque (1918). El rechazo del proyecto estaba, por tanto, motivado por la posibilidad de que el estado retirase la concesión de la Dehesa por destinar parte de los terrenos a equipamientos privados. Lo que era más que probable pues, de hecho, un par de años más tarde, en 1920, el Estado inició un expediente de revisión de la cesión de la Dehesa para retirar el usufructo del Ayuntamiento basándose en que no se había informado de la construcción de las Escuelas Bosque y en que dichas escuelas no desempeñaban el fin de asistencia social.
Amparándose en el informe del arquitecto D. Luis Bellido, se procedió a denegar la solicitud con fecha 15 de junio y unos días más tarde, 27 de junio, compareció en el Ayuntamiento el solicitante, D. Abilio Martínez, manifestando quedar conforme con la resolución.
Corta vida, pues, la de este proyecto, resuelto con inusual rapidez en comparación con lo que se demoran algunos trámites en nuestros días. Que cada uno juzgue, según su criterio, si la Dehesa habría salido ganando o perdiendo de haberse construido este edificio para restaurante-cafetería-vaquería.
Este artículo ha sido seleccionado para su publicación en el número 8 de la revista digital La Gatera de la Villa.
Que interesante. E inevitable pensar en si la Dehesa hubiera ganado o perdido con este proyecto. Lo que parece desde luego es que el proyecto era original y me pregunto si habrá existido una Vaquería-Cafetería parecida en algún otro lugar de Madrid. En cualquier caso, lo que si es cierto es la Dehesa no se ha privado de la existencia de cafetería en cierta medida. Y por cierto, algo que me llama la atención: ¿Cual era el periodo de cesión de la Dehesa del Estado al Ayuntamiento? ¿sigue vigente? ¿podría ahora el Estado negarse a ciertas explotaciones en la Dehesa?
ResponderEliminarMuchas gracias por el comentario. Es cierto, resulta inevitable conjeturar qué habría pasado si se hubiera construido este proyecto; aunque, para sopesar todos los elementos de juicio, también habría que considerar en qué condiciones hubiera llegado a nuestros días y si no habría servido de pretexto para, posteriormente, levantar más construcciones en la zona.
ResponderEliminarRespecto a la cuestión de las vaquerías, existieron muchas en Madrid, incluso dentro del casco urbano; algunas de ellas no sólo vendían leche sino contaban también con algún servicio de bar-cafetería.
Muy interesante las cuestiones que planteas sobre la cesión y propiedad de la Dehesa. Ha sido éste un asunto no muy claro a lo largo de la historia y que ha dado lugar a numerosos conflictos de segregaciones, detentaciones, etc. Para resumir, digamos que la propiedad de la Dehesa es hoy en día enteramente del Ayuntamiento, que es quien se encarga de su conservación y gestión.
La revista digital La Gatera de la Villa ha seleccionado este artículo para publicarlo en el número 8 de la revista. Agradecemos al equipo de La Gatera su interés por nuestro trabajo. Actualizamos la entrada para incluir el enlace a la revista: http://www.fotomadrid.com/download.php?file=La_Gatera_de_la_Villa_8.pdf
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