En nuestro propósito de acercar a todos los valores de la Dehesa de la Villa, tanto histórico-culturales como naturales, tratamos siempre de rodearnos de los mejores colaboradores. Al igual que estamos haciendo con la vegetación, queríamos iniciar una serie sobre la fauna de la Dehesa de la Villa. Para ello, nadie mejor que José Monedero Pérez ("Pepe"), todo un experto en aves. Miembro activo de la Sociedad Española de Ornitología (SEO), anillador, ornitólogo y defensor comprometido de la naturaleza, Pepe ha vivido de siempre junto a la Dehesa, lo que ha influido considerablemente en su vocación como naturalista. Es coautor del trabajo multidisciplinar realizado en 1985 sobre la Dehesa de la Villa y, más recientemente, coautor, junto a Emilio Blanco, del libro "Dehesa de la Villa: naturaleza en la ciudad". Contar con su colaboración es motivo de orgullo y satisfacción para nosotros; esperamos que nuestros lectores disfruten en la misma medida.
"En estos meses nos encontramos en pleno invierno y parece como si la Naturaleza en muchos aspectos descansa, está como aletargada. Si observamos a nuestro alrededor nos daremos cuenta de algunas características de esta fase invernal.
Ausencia de la mayoría de los insectos o en algunos casos en mucha menos cantidad que en otras épocas del año, aunque hay excepciones como es el caso de la procesionaria del pino.
Nidal de procesionaria del pino (Foto tomada del libro "La Dehesa de la Villa: naturaleza en la ciudad"; Emilio Blanco y José Monedero, 2010) |
Las mariposas no son habituales en estas fechas y, salvo excepciones en inviernos suaves y soleados, es muy raro observarlas. No obstante, en el mes de febrero si hay días templados y soleados se pueden ver algunas mariposas como las llamadas limoneras, por su característico color amarillo limón.
Los murciélagos también dejaron hace tiempo de ser vistos con sus acrobáticos vuelos; a menos que vengan días con temperaturas suaves, en los que pueden ser observados en cortos periodos de tiempo, y cuando haya algún insecto volando que llevarse a la boca, permanecen en estado de hibernación.
Los reptiles como lagartijas y salamanquesas que se alimentan de insectos y pequeños invertebrados, se encuentran también en esta época del año en estado de hibernación.
Salamanquesa común (Tarentola mauritanica).
(Foto tomada del libro "La Dehesa de la Villa: naturaleza en la Ciudad";
Emilio Blanco y José Monedero, 2010) |
Por este motivo es difícil que sean vistas salvo que vengan días donde las temperaturas sean más templadas y puedan ser observadas en las horas centrales del día cuando más calienta el sol. Dependiendo de los años, en estos meses los periodos con temperaturas más suaves suelen ser breves, y en cuanto vuelva a ser patente de nuevo el frío volverán a sus refugios y seguirán aletargados hasta que lleguen tiempos mejores.
En cuanto a las aves, no emiten sus característicos y sonoros cantos a los que estamos habituados en primavera, solo se escuchan algunos reclamos muy típicos de ciertas aves como petirrojos, mirlos, lavanderas, etc. Siempre hay excepciones, pues los petirrojos, muchos de ellos procedentes de zonas más septentrionales, suelen cantar por la noche o de madrugada en las ramas de los árboles. Otras especies más adelantadas la hora de criar como los mirlos, pueden ser oídas sobre todo de noche y de madrugada ya con los cantos nupciales de los machos a finales de Enero y sobre todo en Febrero. Los verdecillos también son muy tempraneros, y a finales de Enero y sobre todo en Febrero se pueden oír ya los cantos nupciales de los machos anunciando el periodo de celo y posterior cría de esta especie.
No obstante todo lo comentado en este artículo puede variar de unos años a otros dependiendo de la climatología, y será ya entrada la primavera cuando los animales y plantas estén en plena actividad, y los melodiosos y bellos cantos de muchas aves alcancen su máximo esplendor.
Las aves estrictamente insectívoras como golondrinas, vencejos y aviones están ausentes, pues empezaron a migrar a sus cuarteles de invierno a finales del verano después de criar, donde las condiciones son más idóneas y pueden encontrar alimento suficiente para sobrevivir.
Mosquitero común (Phylloscopus collybita) (Foto tomada del libro "La Dehesa de la Villa: naturaleza en la ciudad"; Emilio Blanco y José Monedero, 2010) |
Otras aves que se pueden observar en estos meses y durante el resto del año son las aves residentes, entre estas aves podemos observar a los habituales gorriones, no solo el común también el gorrión molinero, carboneros común y garrapinos, herrerillos, verderones y verdecillos, jilgueros, palomas torcaces, urracas, agateadores, pitos reales y pico picapinos como más habituales.
Jilguero (Carduelis carduelis) (Foto tomada del libro "La Dehesa de la Villa: naturaleza en la ciudad"; Emilio Blanco y José Monedero, 2010) |
También es habitual durante estos meses ver volando en el cielo en la típica formación en V, sobre todo a primeras horas de la mañana y antes de anochecer, bandos de gaviotas reidoras y sombrías. Estas gaviotas recorren diariamente el trayecto entre los dormideros como el embalse de El Pardo o Santillana, y los vertederos situados en el sur de Madrid.
Es igualmente una época interesante para observar los dormideros de algunas especies de aves. En estos dormideros se juntan a última hora de la tarde y antes de anochecer una gran cantidad de aves de la misma especie para pasar la noche. En la Dehesa existe un dormidero de grajillas en unos pinos altos, donde se pueden congregar a última hora de la tarde entre 200 y 300 individuos de esta especie, siendo muy curioso ver como van llegando en pequeños grupos procedentes de distintos puntos de Madrid generalmente en parejas, pues en esta especie se forman parejas estables de por vida, y escuchar el revoloteo y jolgorio que forman hasta que definitivamente se instalan en su sitio para pasar las largas noches de invierno.
Las ardillas, introducidas recientemente en la Dehesa, pueden estar ya en época de celo desde mediados de Enero, y se pueden observar en la Dehesa tanto en los árboles como en el suelo, cuando bajan a comer desde lo alto de los árboles.
Otro de los aspectos característicos de este periodo invernal son las ramas desnudas de los árboles y arbustos caducifolios que perdieron las hojas en otoño. No obstante si observamos las ramas de estos árboles y arbustos nos daremos cuenta de la multitud de yemas presentes en las mismas. Las yemas son los brotes de los que se desarrollarán hojas, ramas y flores.
Estas ramas desnudas de muchos árboles nos permitirán ver los nidos ya abandonados que fueron utilizados por las aves para nidificar, y que en primavera permanecieron camuflados entre ramas, hojas y troncos.
Aunque Enero suele ser un mes típico del periodo invernal, en Febrero y sobre todo a partir de mediados y finales de mes que empiezan a florecer los almendros según los años, se pueden observar ya signos de cambio que pregonan la pronta llegada de la primavera, los días son más largos con lo que hay más horas de sol, se empieza a observar una mayor actividad por parte de insectos, reptiles, aves, plantas, etc. El olor en el ambiente algunos de los días de finales de Febrero hace ya presagiar la llegada de la primavera, pero esto es tema para un próximo artículo".
Serie Fauna en la Dehesa de la Villa - diario de campo:
- Enero - febrero
- Marzo - abril
- Mayo - junio
- Julio - agosto
- Septiembre - octubre
- Noviembre - diciembre
Permiteme que diga,las ardillas en la Desa de la Villa llevan ya casi 30 años,me parecian muy graciosas cuando comenzamos a verlas.
ResponderEliminarNo puedo decir si fueron introducidas por el hombre,o se desarrollaron por su cuenta.
Un saludo de G.M.P.
Siempre leo los articulos aúnque no intervenga.me gusta la Naturaleza y lo explicais muy bien.Gracias
Muchas gracias, Gloria por tu comentario. Nos reconforta saber que nuestros artículos tienen acogida y le sirven de algo a alguien.
ResponderEliminarRespecto a las ardillas, efectivamente, las hubo pero desaparecieron o sus poblaciones quedaron muy mermadas. Al igual que en otros espacios verdes de Madrid (Retiro, Capricho, Casa de Campo...) han sido nuevamente reintroducidas en los últimos años con ejemplares criados en el Centro Municipal de Cria de la Ardilla Roja. Te dejamos un par de enlaces donde puedes encontrar más detalles sobre ello:
http://www.madrid.es/portales/munimadrid/es/Inicio/El-Ayuntamiento/Medios-de-Comunicacion/Notas-de-prensa/El-Retiro-recupera-sus-ardillas?vgnextfmt=default&vgnextoid=1029cd55e9931210VgnVCM1000000b205a0aRCRD&vgnextchannel=6091317d3d2a7010VgnVCM100000dc0ca8c0RCRD
http://www.desarrollointeligente.org/desarrollo_inteligente/VisNot?id=29c866a4a574761fd0f383ed235041