Asociación Cultural Amigos de la Dehesa

25 de septiembre de 2011

Botánica para todos en la Dehesa de la Villa (VIII)

Octava entrega de la serie Botánica para todos... en la que Andrés Revilla nos habla de los cedros.

Tres eran tres los cedros del mundo.
El cedro, Cedrus sp, ocupa un lugar destacado en todos los jardines desde la antigüedad. En la romana Complutum se han descubierto vestigios de cedros plantados en las villas de la ciudad. Lo curioso es que no haya cedros naturales ni cedrales en la península Ibérica, ni siquiera en las montañas del sur, donde el pinsapo medra con pujanza.

Tres son los cedros aceptados universalmente. Realmente los tres son muy similares y se hibridan con gran facilidad. Su distancia evolutiva es corta y no hace tanto que los bosques de cedros debieron estar unidos desde Marruecos hasta el Himalaya.

Al del norte de África lo llamamos cedro del Atlas, Cedrus atlantica. Forma magníficos bosques poblados por macacos en Marruecos y Argelia. Un poco más al Este encontramos el cedro del Líbano, Cedrus libani, inmortalizado en la bandera de este país y devastado desde época egipcia. Sus bosques ocupaban casi todas las montañas de oriente próximo, todo el Sinaí, Irak y se aproximaban hacia oriente buscando al tercero, el cedro del Himalaya, Cedrus deodara, “dedicado a Dios”. Tal vez el más pequeño de los tres, pero el que vive a más altura. Hay un cuarto cedro natural de la isla de Chipre, Cedrus brevifolia, pero para muchos autores no es más que una variedad del de Líbano. Vive en las montañas Toodos. Cedrus patula es una denominación anticuada que engloba a atlantica y libani.


A la izquierda, cedro Gouraud de Azrou, en el Atlas, cerca de Fez, Marruecos.
A la derecha, ejemplar de cedro del Atlas plantado en 1880 en Bagnères-de-Luchon, Pirineo Francés.
(Fotos: A. Revilla, 2003 y 2005)

La alta calidad de su madera queda patente en los ataúdes egipcios y los grandes barcos que han llegado hasta nuestros días. Más modestamente se ha usado para construir armarios por su resistencia al apolillamiento. Muchas columnas, como las del palacio de la Ópera de Madrid, son de cedro macizo de una sola pieza. Sus bosques están amenazados a nivel mundial y los gobiernos que los gestionan hacen bien poco para protegerlos.

Imagen del tronco talado de un cedro del Atlas que ilustra lo que se está haciendo con los bosques de esta especie.
(Foto: Foro Andaluz de la Naturaleza, en 20minutos.es)

El atlántico tiene las ramas muy horizontales, hojas pequeñas y un solo tronco. El de Líbano posee varios troncos cuando madura, sus ramas caen ligeramente y sus hojas son de tamaño mediano. El de Himalaya posee ramas colgantes, hojas largas y el tronco raramente se divide. Todos tienen piñas erectas que no se caen sino que se descaman quedando sus raquis sobre las ramas. Se distinguen dos tipos de ramas, las de crecimiento en longitud y altura, que forman las ramas estructurales y el tronco, macroblastos, y las ramillas laterales, con aspecto de pequeñas palmeras denominadas braquiblastos y que son las que dan frondosidad al árbol.

Braquiblastos de uno de los cedros de la Dehesa de la Villa.
(Foto: A. Revilla, 2011)

En la Dehesa de la Villa hay una buena representación de lo que puede ser un cedral en el tramo final de la antigua carretera.

Conos masculinos (arriba) y
femeninos (debajo) de los
cedros de la Dehesa de la Villa.
(Fotos: A. Revilla, 2011)
Es un conjunto dominado por cedro del Atlas digno de conocer y admirar. Si ya has estado antes en los cedrales de Marruecos este lugar te transporta hasta allí.

Los cedros de los jardines europeos son casi todos híbridos y es difícil certificar en ellos una asignación a una especie concreta.

En Marruecos venden cajas de madera de cedro muy aromáticas, pero no hay que confundir pues en este caso el cedro es una cupresácea, el Araar, Tetraclinis articulata, conocido en la ebanistería como raíz de cedro.

Cedro es una palabra de origen griego extendida por todo el mundo y aplicada a muchas coníferas sudamericanas por la influencia española. En España se llama cedro español a la sabina, Juniperus turiphera. En canarias tenemos el cedro canario, Juniperus cedrus.


El cedro del Atlas suele ser atacado por una cochinilla, Nuculaspis regnieri, que da a sus ramas un tono blanquecino, pero no hay que confundirlo con la variedad glauca propia de esta especie y que tiene tonos azulados.


Variedad glauca de cedro del Atlas en la Dehesa de la Villa.
(Foto: A. Revilla, 2011)

Hasta la próxima cita."


Serie Botánica para todos en la Dehesa de la Villa:
- I - Flores y semillas de olmos y fresnos
- II - Forsitia o campanilla china
- III - Floración de los cipreses
- IV - Floración de los almendros y los ciruelos rojos
- V - Floración de las praderas
- VI - Los pinos de la Dehesa
- VII - Veronica chamaepithyoides: planta desaparecida
- VIII - Cedros
- IX - Encinas
- X - Madroños
- XI - Retamas
- XII - Acacias
- XIII - Pinos caídos en la Dehesa de la Villa
- XIV - Álamos

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