Continuando con nuestra serie acerca de personas ilustres relacionadas con la Dehesa de la Villa, traemos hoy a estas páginas una colaboración de Santos Casado de Otaola sobre el investigador Antonio de Zulueta y la relación de sus estudios de genética con la Dehesa.
Santos Casado es Doctor en Biología por la Universidad Autónoma de Madrid (1994) y se ha especializado en historia de la ciencia. Trabajó en la Residencia de Estudiantes entre los años 1990 y 2000; actualmente está vinculado a la Fundación Fernando González Bernáldez y es Profesor Asociado en el Departamento de Ecología de la Universidad Autónoma de Madrid; ha publicado libros y numerosos artículos tanto de investigación como de divulgación y ha sido comisario de varias exposiciones.
Agradecemos profundamente a Santos Casado su colaboración y reproducimos aquí su texto con expresa autorización para su uso por la Asociación Cultural Amigos de la Dehesa la Villa. Cualquier uso posterior de este material por terceros deberá ser aprobado por el autor.
Las imágenes que ilustran el artículo han sido recopiladas por los autores del blog. Agradecemos especialmente a Concha de Zulueta, nieta de Antonio de Zulueta, las fotografías que nos ha enviado de las láminas originales de la Phytodecta variabilis.
Antonio de Zulueta, un pionero de la genética en la Dehesa de la Villa.
© del texto, Santos Casado de Otaola, reproducido con permiso del autor.
"¿Qué tiene que ver la Dehesa de la Villa con el desarrollo de la genética moderna?
La respuesta a esta pregunta en apariencia incongruente se resume en un nombre y dos apellidos, Antonio de Zulueta y Escolano."
Retrato de Antonio de Zulueta.
(Foto: autor y fechas desconocidos; Archivo de la Residencia de Estudiantes, cedida para uso exclusivo de la Asociación Amigos de la Dehesa, queda vedada la posterior reproducción, distribución, comunicación pública, puesta a disposición del público, transformación y cualquier otra explotación por terceros sin autorización expresa de la Fundación Residencia de Estudiantes)
"Zulueta había nacido en Barcelona en 1885. Se situó por tanto en el entorno de la que suele conocerse, con José Ortega y Gasset al frente, como la generación del 14 en la cultura y la política españolas. Una generación activa, moderna y dinámica a la que le cupo protagonizar, tras el abatimiento nacional que había supuesto la crisis del 98, un vigoroso intento para la europeización de España. Y una de las vías que llevaban hacia Europa era la investigación científica. Los jóvenes biólogos, físicos y químicos de la generación del 14, como Zulueta, como Pío del Río-Hortega, como Blas Cabrera, como Enrique Moles, hallaron en el previo ejemplo de Santiago Ramón y Cajal un modelo para hacer del cultivo de la ciencia una palanca de modernización. Contaron además con un cierto apoyo oficial para ello, como el que supuso la creación de la Junta para Ampliación de Estudios en Investigaciones Científicas, presidida por el mismo Cajal.
Renacimiento científico.
La Junta para Ampliación de Estudios se constituyó en 1907. Era justo el momento en que Zulueta se preparaba para iniciar su carrera como investigador en las ciencias biológicas."
Imagen de la época de la Residencia de Estudiantes, institución a la que Antonio de Zulueta estuvo muy vinculado a través de la Junta para Ampliación de Estudios. En el pequeño laboratorio que Zulueta estableció allí en un cobertizo situado en sus jardines, fue donde realizó sus importantes descubrimientos genéticos que fueron recogidos y comentados por las más importantes publicaciones internacionales.
(Foto: Férriz, 1929; Memoria de Madrid)
"Tras seguir estudios universitarios de Ciencias Naturales en Madrid, Barcelona y París, Zulueta obtuvo su licenciatura en 1909. Pronto destacó por su capacidad científica. Realizó una corta estancia, entre 1910 y 1911, en Alemania para investigar la biología de los protozoos y se incorporó como conservador de las colecciones zoológicas al Museo de Ciencias Naturales, en Madrid. En el Museo, y bajo los auspicios de la ya mencionada Junta para Ampliación de Estudios, dirigió un Curso Práctico de Biología, en el que perfeccionaban sus conocimientos de técnicas de laboratorio jóvenes deseosos de iniciarse en la investigación y también otros destinados a ser profesores de centros de magisterio o de enseñanza secundaria, los cuales se beneficiaron así, indirectamente, de la posibilidad de modernizar sus actividades educativas. Además, y también en el Museo, Zulueta creó y dirigió un Laboratorio de Biología, que comenzó a funcionar en 1913."
Imágenes del Museo de Ciencias Naturales de la época de la incorporación de Antonio de Zulueta. El Museo se instaló en este edificio del entonces Palacio de la Industria y las Artes en 1910, si bien su origen se remonta al Gabinete de Historia Natural, creado en 1752 por Fernando VI, y al Real Gabinete de Historia Natural, fundado por Carlos III en 1771.
(Foto izquierda: P Z (Photoglob Zürich), 1906; Memoria de Madrid)
(Foto derecha: J. Lacoste, 1906 – 1914; Memoria de Madrid)
Fotografía de Antonio de Zulueta expuesta en el Museo Nacional de Ciencias Naturales. En la placa de debajo se lee: "Antonio de Zulueta y Escolano (Barcelona 1885 - Madrid 1971). Herpetólogo primero, posteriormente cultivó la genética. Creado en 1914 el laboratorio de biología del MNCN, desempeñó su jefatura hasta su muerte impartiendo varios cursos de biología".
(Foto: A. Morato, 2010)
"La dedicación personal de Antonio de Zulueta como investigador pronto se decantó hacia la genética, la especialidad biológica que estudia la herencia o trasmisión de formas, rasgos y estructuras en los seres vivos, de unas generaciones a otras. Este fenómeno vital, misterioso durante gran parte de la historia de la humanidad, había comenzado a desvelarse con las investigaciones de Mendel y las leyes por él descubiertas sobre cómo pasaban de generación en generación ciertos caracteres. Las llamadas leyes de Mendel fueron postuladas por este sacerdote agustino en un trabajo publicado en 1866. Pero fue a partir de 1900 cuando comenzaron a alcanzar amplia difusión en la comunidad científica. El posterior descubrimiento de que los cromosomas, pequeñas estructuras situadas en el núcleo de las células de gran parte de los organismos vivientes, podían ser la base material de los factores hereditarios estudiados por Mendel reorientó a los estudiosos de la genética hacia la investigación de estos microscópicos almacenes de la información hereditaria. En ese empeñó destacó sobre todo el estadounidense Thomas Hunt Morgan, quien halló en la pequeña mosca del vinagre llamada Drosophila el animal ideal para sus experimentos.
Así, en las primeras décadas del siglo veinte, se acuña el concepto de gen, como la unidad hereditaria que es responsable de la aparición de un determinado carácter, y se va postulando un modelo según el cual los cromosomas serían conjuntos alineados de genes, situados unos detrás de otros de un modo secuencial. Aún había que esperar para que, en la segunda mitad del siglo, se determinara finalmente que los cromosomas son largas cadenas de una molécula hoy célebre, el ADN, con una estructura de trenza o doble hélice formada por una larguísima serie de subunidades concatenadas, cuya secuencia lineal constituye, como las letras de unas instrucciones de montaje, la información con la que las células fabrican y estructuran los cuerpos de los seres vivos, incluidos los nuestros.
Pero, como decíamos, antes del descubrimiento de la estructura del ADN, el papel de los cromosomas era el asunto central de la investigación genética más avanzada. A ese esfuerzo internacional se incorporó Zulueta a partir de 1918. Una de las claves de su éxito fue la adecuada elección de un organismo sobre el que centrar sus investigaciones. Al igual que antes hizo Mendel con las plantas de guisante u otros genetistas con la célebre Drosophila, Zulueta trabajó sobre todo con un organismo tipo, procurando que este mostrase una marcada variabilidad en sus rasgos externos, de modo que pudiera seguirse fácilmente su pista hereditaria, y que se prestase a la observación de aquello que al científico le interesaba, en este caso los diminutos cromosomas, estudiados con ayuda del microscopio. ¿Cuál fue el organismo de Zulueta? Un pequeño escarabajo llamado Phytodecta variabilis."
Láminas I-III de los diez tipos de Phytodecta variabilis pintados a la acuarela por Serapio Martínez bajo la dirección de Antonio de Zulueta.
Originales propiedad de la familia de Antonio de Zulueta. Fotos cedidas por Concha de Zulueta.
"Genética en la Dehesa de la Villa.
La Phytodecta es un coleóptero de la familia de los crisomélidos, entre los que abundan las especies comedoras de hojas, a menudo de una planta específica. Suelen ser redondeados y de brillantes colores rojizos o amarillentos. Uno de sus representantes más conocidos, aunque sea por la triste circunstancia de ser una plaga, es el célebre escarabajo de la patata. Por su parte, la Phytodecta variabilis no ataca a las hojas de la patata sino que se alimenta de modo natural de una planta común en los matorrales del centro de España, la retama o, más precisamente, la Retama sphaerocarpa, que tal es su nombre científico."
Imágenes de un arbusto y frutos de Retama sphaerocarpa tomadas en la Dehesa de la Villa en la zona conocida como el cedral. Los arbustos, de color verde grisáceo, pueden llegar a alcanzar hasta tres metros de altura; están generalmente desprovistos de hojas, florecen en la primavera tardía llenándose de flores amarillas que posteriormente dan unos frutos en forma de legumbres esféricas. Especie en regresión en la Dehesa, su conservación es esencial para la mejora del suelo y favorecimiento de la biodiversidad.
(Fotos: A. Morato, 2010)
"A Zulueta le había llamado la atención el colorido de este pequeño insecto y, sobre todo, la variación que presentaba de unos ejemplares a otros, variación a la que alude su epíteto científico de variabilis y que quizá era susceptible de una explicación en términos genéticos. Además, la Phytodecta podía encontrarse fácilmente en los alrededores de Madrid para ser llevada al laboratorio donde Zulueta trabajaba. Un lugar adecuado, y aquí se responde por fin a la cuestión con la que se iniciaban estas notas, era, por ejemplo la Dehesa de la Villa, convenientemente cercana al núcleo urbano pero poseedora de esa singular personalidad campestre que la aproxima más a un bosque seminatural de tipo mediterráneo que a un impersonal jardín urbano. No solo recurría Zulueta a la Dehesa para encontrar sus ejemplares de Phytodecta sino que para mantener las poblaciones de este bichillo en su laboratorio había de proporcionarles alimento en forma de ramas frescas de retama, que podían también recolectarse en las laderas y vaguadas de nuestro parque."
Láminas IV-VI de los diez tipos de Phytodecta variabilis pintados a la acuarela por Serapio Martínez bajo la dirección de Antonio de Zulueta.
Originales propiedad de la familia de Antonio de Zulueta. Fotos cedidas por Concha de Zulueta.
"Fue así como Antonio de Zulueta, según relataba su discípulo Fernando Galán en un artículo publicado en 1987, comenzó a frecuentar casi a diario la Dehesa, bien en persona o bien a través de ayudantes cuando los tuvo, para hacer acopio de ramas frescas de retama con las que mantener en el laboratorio sus preciadas Phytodectas. De su supervivencia y reproducción dependían las investigaciones de Zulueta, basadas en el meticuloso seguimiento de las sucesivas generaciones producidas por el, a primera vista, insignificante bichillo.
Imágenes de tres ejemplares reales de Phytodecta en el depósito del Museo Nacional de Ciencias Naturales. Puede apreciarse la perfecta correspondencia con los dibujos a la acuarela correspondientes a los tipos II, III y IV mostrados anterioremente.
(Fotos: autor y fecha desconocidos; MNCN)
Imágenes de tres ejemplares reales de la mariposa de Phytodecta en el depósito del Museo de Ciencias Naturales.
(Fotos: autor y fecha desconocidos; MNCN)
Trabajando con la Phytodecta, Zulueta realizó un descubrimiento importante, que atrajo la atención de sabios de todo el mundo y se incorporó para siempre a la historia de la genética. Como es sabido, la determinación del sexo de los individuos tiene también que ver con su dotación de cromosomas. En muchas especies los cromosomas se presentan agrupados de dos en dos, siendo una de esas parejas, que se identifica como XX en las hembras y como XY en los machos, la que corresponde a los cromosomas sexuales. Se sabía, en la época en que Zulueta comenzó sus estudios, que el cromosoma X portaba, además de la determinación del sexo, otros genes. Pero se creía, en cambio, que el cromosoma Y no contenía ninguna otra información genética. Fue el genetista español Antonio de Zulueta y Escolano, trabajando con la Phytodecta de la Dehesa, quien cambió este presupuesto al demostrar, por vez primera en el mundo, la presencia de genes para caracteres distintos de los sexuales en el cromosoma Y. Sus resultados confirmaban las deducciones alcanzadas poco antes por otros investigadores que utilizaban para sus estudios peces de acuario, pero con la diferencia de que Zulueta sí había identificado por su forma los cromosomas sexuales de la Phytodecta, observados al microscopio, mientras que en los estudios sobre peces tales cromosomas habían resultado indistinguibles de modo que meramente se suponía su existencia."
Láminas VII-X de los diez tipos de Phytodecta variabilis pintados a la acuarela por Serapio Martínez bajo la dirección de Antonio de Zulueta.
Originales propiedad de la familia de Antonio de Zulueta. Fotos cedidas por Concha de Zulueta.
"Plenitud y ostracismo.
Zulueta trabajó con otros organismos, incluido el más célebre animal de investigación genética, la Drosophila, a la que ya se aludió más arriba. Las técnicas de laboratorio y los problemas genéticos relativos a estas pequeñas moscas los aprendió Zulueta en el mejor de los lugares posibles, pues en 1930 fue invitado a incorporarse al laboratorio de Thomas H. Morgan, en el Instituto Tecnológico de California. A Morgan se le considera, como antes se dijo, uno de los fundadores de la genética moderna y para Zulueta esta oportunidad debió de representar un espaldarazo en sus meritorios intentos de llevar a cabo desde España, donde no existía previa tradición en genética, un trabajo científico de nivel internacional. Su estancia en los Estados Unidos le permitió, además, publicar una investigación sobre la localización de un gen llamado “light” en los cromosomas de Drosophila.
A su vuelta de América se creó para Zulueta una posición especial, la Cátedra Conde de Cartagena, vinculada a la Academia de Ciencias, desde la cual impartió en los años treinta varios cursos especializados de genética."
Ficha de Antonio de Zulueta en la Junta de Ampliación de Estudios con sus datos desde 1909 a 1932.
(Residencia de Estudiantes, Archivo de la JAE, http://archivojae.edaddeplata.org/jae_app)
"Por desgracia, cuando Antonio de Zulueta alcanzaba esta etapa de plenitud como científico, estalló, en 1936, la guerra Civil. Durante la contienda, que supuso el desmantelamiento de gran parte de la actividad científica y de tantas otras cosas, Zulueta permaneció en su puesto y acabó siendo responsable de la gestión del Museo de Ciencias Naturales en Madrid, capital republicana de la que, a medida que avanzaba la contienda, se fueron evacuando muchas dependencias oficiales. Fue tan solo esta meritoria lealtad profesional la que el nuevo régimen franquista pudo reprocharle al término de la guerra, pero ello constituyó al parecer argumento suficiente para que, desde entonces, Zulueta languideciese en una situación de apartamiento de puestos de responsabilidad y crónica carencia de medios de investigación. Aunque en su caída en desgracia quizá influyeran también sus relaciones familiares, pues su hermano Luis de Zulueta, político, pedagogo y escritor, desempeñó cargos de responsabilidad al servicio de la República, incluidos los puestos de Ministro de Estado, equivalente a Asuntos Exteriores, y de Embajador en Alemania y en el Vaticano. Y la hermana de su mujer era a su vez la esposa del político socialista Julián Besteiro, Presidente de las Cortes Republicanas y testimonio vivo de honestidad y coraje al permanecer en su puesto durante toda la guerra hasta ser apresado por el bando victorioso en 1939.
Aun así, en la posguerra, y una vez le fue levantada la sanción que durante un año le impidió acudir a su laboratorio, Zulueta continuó asistiendo regularmente a su puesto de trabajo. La carencia casi total de nuevos resultados científicos en esta su última etapa resulta, retrospectivamente contemplada, tanto más dolorosa cuanto que no era precisamente de investigadores capaces de lo que andaba sobrada la diezmada comunidad académica que hubo de recomponer la actividad científica en la España del franquismo. Apenas algunas publicaciones e intervenciones en foros científicos muestran, en este periodo de ostracismo, que nuestro investigador siguiera trabajando. Antonio de Zulueta y Escolano falleció en Madrid en 1971."
Nota: este artículo tiene su continuación en el artículo La Dehesa, la retama, el escarabajo y el cromosoma, donde profundizamos en la figura de Antonio de Zulueta.
Serie Personajes célebres en la Dehesa de la Villa:
- Ramón y Cajal y su cigarral de Amaniel
- Antonio de Zulueta un pionero de la genética en la Dehesa de la Villa / La Dehesa, la retama, el escarabajo y el cromosoma
- Ofelia Nieto y Ángeles Ottein, dos sopranos en la Dehesa de la Villa
- Antonio Escobar Burgos, vecino y Amigo de la Dehesa de la Villa
- J. M. Caballero Bonald: un poeta premio Cervantes en la Dehesa de la Villa
- Pablo Guerrero: cantautor y poeta
3 comentarios:
Concha de Zulueta, nieta de Antonio de Zulueta, nos envía un comentario por correo electrónico que hemos creído oportuno trasladar aquí, no sólo por el agradecimiento a nuestro trabajo, sino también por lo relavante de su labor en pos del reconocimiento de Antonio de Zulueta:
"No sabéis la emoción que me causó el artículo que publicastéis en el blog de la Asociación y os doy las gracias por ello, aunque reconozco que un poco tarde. Me emocionó porque en él se reconoce la valía que yo pensaba, inculcada por mi padre, que tenía mi abuelo. Envié el artículo a la Directora de la Residencia de Estudiantes, expresando que no entendía por qué no se hacía referencia a mi abuelo como personaje importante de la familia Zulueta, como lo fueron su hermano Luis de Zulueta y su cuñado Julián Besteiro. Su respuesta fue estupenda y en un acto de presentación de un libro de Julián de Zulueta, tío mío, se hizo una mención muy especial no sólo por parte de la Directora, sino también por D. Luis Arsuaga quien me reconoció que era un fan incondicional de mi abuelo Antonio. Mi intención es seguir en la brecha que he abierto y conseguir el reconocimiento que se merece mi abuelo Antonio de Zulueta." (Concha de Zulueta)
Ni qué decir tiene que, aunque nuestras posibilidades son muy modestas, cuenta con todo nuestro apoyo.
Admirada y sorprendida acabo de descubrir este entrañable blog. A través de la figura de Antonio de Zulueta y buscando más datos he llegado a él. Y me ha llevado, a su vez, a releer un libro que me regaló un buen amigo en 1994, titulado "Cien años de educación de la mujer española. Historia del Instituto Internacional". Su autora Carmen de Zulueta. Os seguiré leyendo
Muchas gracias, Maria Rosa, por tu comentario y reconocimiento. Como suele decirse, nunca es tarde... y es para nosotros un halago que nuestros artículos sean de interés y utilidad. Por cierto, si estás interesada en el papel de las mujeres en la educación, permítenos recomendarte nuestro artículo sobre el Grupo Escolar Francisco Giner donde destacamos la figura de su primera directora María Sánchez Arbós:
https://amigosdehesa.blogspot.com/2011/01/el-grupo-escolar-francisco-giner-2.html
Publicar un comentario